La razón por la que nos suenan las tripas cuando tenemos hambre

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En el vasto mundo de la fisiología humana, pocos sonidos son tan reconocibles y universalmente asociados al hambre como el resonar de nuestras tripas. Este curioso sonido, técnica y cariñosamente conocido como borborigmos, puede resultar una melodía incómoda en el silencio de una reunión o el preludio perfecto a una comida sabrosa.

Sin embargo, el porqué de este fenómeno va más allá de ser una simple señal de que es hora de comer. A continuación, exploramos los entresijos de esta cuestión, revelando la ciencia detrás de los ruidos de nuestro sistema digestivo cuando se despierta el apetito.

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LA DIETA Y SU RENGLÓN MUSICAL

La alimentación y las pautas dietéticas personales de cada cual pueden tener una influencia significativa en la música de nuestro estómago. La composición y tiempo de nuestras comidas pueden cambiar el ritmo y volumen de esos sonidos corporales. Una dieta rica en ciertos tipos de alimentos puede propiciar más gas y, en consecuencia, una sinfonía más sonora dentro de nuestro sistema digestivo. Los alimentos con alto contenido en carbohidratos fermentables, por ejemplo, son famosos por incrementar la producción de gas en el intestino.

Por otro lado, el ayuno o las dietas con periodos prolongados sin ingesta de alimentos pueden exacerbar la frecuencia e intensidad de estos ruidos. Esto se hace notorio ya que, al estar el estómago y los intestinos vacíos de sólidos, cualquier actividad peristáltica ordinaria puede resonar con mayor claridad. Continuar explorando la relación entre la dieta y la agitación intestinal puede iluminar más sobre cómo gestionar y anticipar cuándo y cómo sonarán nuestras tripas.