En un mundo cada vez más acelerado y exigente, la lucha contra los nervios y la ansiedad se ha convertido en una cuestión de salud primordial. A menudo, incluso las situaciones más cotidianas pueden generarnos una sensación de inquietud difícil de manejar. Los expertos en psicología y mindfulness han desarrollado una serie de estrategias para ayudarnos a afrontar estos desafíos, y entre ellas, hay un truco en particular que se destaca por su simplicidad y eficacia.
Este método, respaldado por estudios científicos, puede ser un aliado en nuestro día a día para recuperar la calma y mantener a raya el estrés.
2CIENCIA DETRÁS DE LA CALMA DE LA ANSIEDAD
Los estudios científicos no dejan lugar a dudas: la respiración controlada influye positivamente en nuestra fisiología. Cuando practicamos la respiración profunda, estamos influyendo en el sistema nervioso autónomo, reduciendo la producción de hormonas del estrés como el cortisol y aumentando la liberación de neurotransmisores calmantes como la serotonina.
Es más, la investigación ha demostrado que estas técnicas no solo ayudan en el momento presente, sino que tienen efectos a largo plazo. Las personas que practican la respiración consciente de manera regular suelen presentar mejor calidad de vida y menor incidencia de trastornos relacionados con la ansiedad.
Una práctica relacionada es la meditación mindfulness, cuyo objetivo es centrarse en el momento presente sin juicio ni distracción. Aunque requiere algo más de práctica, los estudios indican que podría ser incluso más beneficiosa que la simple respiración profunda.
Para aquellos interesados en los resultados a largo plazo, incorporar la respiración consciente como parte de una rutina diaria puede fortalecer la resiliencia frente al estrés y mejorar la capacidad de autoregulación emocional.