En un mundo cada vez más acelerado y exigente, la lucha contra los nervios y la ansiedad se ha convertido en una cuestión de salud primordial. A menudo, incluso las situaciones más cotidianas pueden generarnos una sensación de inquietud difícil de manejar. Los expertos en psicología y mindfulness han desarrollado una serie de estrategias para ayudarnos a afrontar estos desafíos, y entre ellas, hay un truco en particular que se destaca por su simplicidad y eficacia.
Este método, respaldado por estudios científicos, puede ser un aliado en nuestro día a día para recuperar la calma y mantener a raya el estrés.
1UN SOPLO DE TRANQUILIDAD
La técnica que ha ganado atención por su efectividad es asombrosamente sencilla: la respiración consciente. Al enfocarnos en nuestra respiración, podemos enviar una señal al cerebro para que active el sistema parasimpático, que es el encargado de promover la relajación del cuerpo. Un experto en la materia sugiere lo siguiente: inhalar profundamente por la nariz, asegurándonos de que nuestro abdomen se expanda, y luego exhalar lentamente por la boca. Repetir este ciclo de respiración cuatro veces puede ser especialmente útil al enfrentar momentos de gran tensión.
Además de la respiración, se recomienda intensificar el efecto con el manejo del entorno. Buscar un lugar silencioso o, si no es posible, cerrar los ojos y visualizar un espacio de paz puede potenciar los beneficios de la técnica. Se ha comprobado que la combinación de respiración y visualización puede incrementar significativamente nuestro nivel de calma interior.
Por otro lado, es importante reconocer el papel que juegan las emociones en la generación de ansiedad. Aceptar que sentir nerviosismo es una reacción humana normal es el primer paso para gestionarlo. No se trata de evitar las emociones, sino de aprender a convivir con ellas de una manera saludable.
Finalmente, el experto recalca la importancia de la práctica regular. Al igual que cualquier habilidad, la gestión de la ansiedad mejora con la práctica constante. Incluir pequeñas sesiones de respiración consciente durante el día puede ayudar a que esta técnica sea más efectiva en momentos de mayor necesidad.