Sabías que existe una palabra única que desafía las reglas de la escritura, una palabra que se puede pronunciar; sin embargo, no se puede escribir. A simple vista, este enigma parece desafiar las reglas básicas de la ortografía, abriendo la puerta a un mundo de posibilidades lingüísticas más allá de lo convencional.
A diferencia de otros enigmas lingüísticos, esta singularidad no se basa en sonidos exóticos o arcaicos, sino en una simple combinación de letras que, al unirse, desafían las normas ortográficas.
2¿Cuál es la palabra en cuestión y el origen de la controversia?
La palabra en cuestión surge del imperativo del verbo “salir” cuando se conjuga con el pronombre enclítico “le”; la unión de “sal” y “le” debería resultar en “sal-le”, tal como se pronuncia en frases como “sal-le al paso” o “sal-le con la suya”; sin embargo, la ortografía española prohíbe el uso del guion entre la raíz verbal y el pronombre, lo que genera un dilema:
- Si se escribe sin guion, se convierte en “salle”, perdiendo la distinción fonética entre la “l” simple y la “ll”.
- Al mantener la pronunciación correcta, se viola la regla ortográfica y se vuelve “ilegal”.
Esta dicotomía ha dado lugar a un debate apasionante entre los defensores de la lógica lingüística y los puristas del idioma; algunos argumentan que la pronunciación prima sobre la escritura, mientras que otros se aferran a la normativa ortográfica como un dogma irrefutable.