La escasez de cargueros está teniendo un impacto significativo en el transporte de petróleo a nivel mundial. Con solo dos nuevos superpetroleros programados para unirse a la flota en 2024, el suministro de buques está disminuyendo drásticamente, lo que está generando un aumento en las tarifas y una prolongación en la duración de los viajes. Esta situación se ve exacerbada por los ataques perpetrados por los hutíes en el Mar Rojo, que están provocando desvíos generalizados en el comercio mundial de petróleo.
La falta de nueva capacidad en la flota de cargueros está empezando a tener consecuencias palpables en el transporte marítimo en general y, específicamente, en el transporte de crudo y productos petroleros. Los armadores están evitando cada vez más el sur del Mar Rojo debido a los ataques, lo que ha llevado a una reducción en la disponibilidad de buques y a un aumento en la duración de las operaciones. Esta situación se agrava aún más por la guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas en otras regiones clave de navegación.
El aumento de los desvíos en el sur del Mar Rojo está cambiando los fundamentos del mercado de transporte marítimo, lo que favorece a los operadores de buques. La escasez de cargueros se suma a una situación en la que la eficiencia de la flota mundial ya se tambalea, con muchos buques optando por rutas más largas y una flota oscura que limita la disponibilidad de buques para determinados clientes.
Los ataques en el Mar Rojo han desencadenado una contracción inmediata de la capacidad del mercado y un aumento de las tarifas de transporte. Las empresas se ven obligadas a buscar mayor flexibilidad y resiliencia en sus cadenas de suministro para hacer frente a estos tiempos turbulentos. La necesidad de estrategias ágiles e innovadoras en la cadena de suministro se hace más evidente en un contexto marcado por la escalada de incertidumbres geopolíticas.
La situación en el Mar Rojo ha llevado a una reevaluación de las rutas comerciales y a una mayor atención hacia la seguridad y estabilidad de las vías navegables internacionales. El impacto de los ataques en el transporte marítimo va más allá de la economía global, ya que afecta a la confianza de los responsables políticos y las empresas en el aprovisionamiento a larga distancia.
La disrupción en el transporte marítimo por el Mar Rojo se suma a otros desafíos, como la guerra en el Mar Negro y las restricciones en el Canal de Panamá debido a la sequía. Estas crisis ilustran la interconexión entre el comercio y la geopolítica, destacando la importancia de la cooperación internacional para mantener abiertas las aguas internacionales y los mercados.
A pesar de los desafíos actuales, los analistas son mayoritariamente positivos respecto a los armadores de cargueros, reconociendo el potencial a largo plazo del mercado. Sin embargo, la incertidumbre geopolítica y los cambios en los patrones comerciales exigen una adaptación continua por parte de las empresas y una mayor colaboración a nivel global para garantizar la estabilidad del comercio marítimo en un entorno cambiante.
Escasez de buques y cargueros y congestión en puertos: desafíos adicionales en el transporte marítimo
La escasez de buques y la congestión en los puertos presentan desafíos adicionales significativos en el transporte marítimo. Las empresas navieras de todo el mundo se enfrentan a una situación compleja derivada de los ataques perpetrados por los rebeldes hutíes en el Mar Rojo y el golfo de Adén. Desde el inicio del conflicto, más de 20 naves han sido atacadas en los últimos meses, lo que ha llevado a importantes actores del sector, como Maersk y MSC, a suspender indefinidamente el tránsito de sus embarcaciones por esta vía crucial del comercio global.
El estrecho de Bab el-Mandeb, que separa a Yemen de Yibuti y Eritrea, ha experimentado una reducción drástica en el tonelaje que transita por sus aguas desde principios de diciembre. Esta disminución ha obligado a muchas compañías a desviar sus buques alrededor del cabo de Buena Esperanza, una ruta más larga y costosa que agrega entre 3.000 y 3.500 millas náuticas a los viajes entre Europa y Asia.
La situación se agrava aún más por el hecho de que casi todos los buques portacontenedores están siendo desviados, lo que podría aumentar el consumo de capacidad de los buques en más de un 20% – 25%. Esta repentina demanda adicional convierte el exceso de capacidad en una escasez a corto plazo, generando preocupaciones sobre la capacidad de la industria naviera para satisfacer las necesidades del comercio global.
Empresas importantes, como Mediterranean Shipping (MSC) y Hapag-Lloyd, se han sumado a Maersk en la suspensión de los viajes por el mar Rojo. Esta decisión no solo afecta el flujo de bienes y materias primas, sino que también repercute en la distribución de alimentos, combustible y asistencia humanitaria esencial en todo el mundo.
Además de las compañías navieras, las empresas de energía también se han visto afectadas por la crisis en el mar Rojo. BP y Equinor han anunciado que sus buques evitarán navegar por esta zona, lo que plantea preocupaciones adicionales sobre la disponibilidad y el costo de los productos energéticos.
El aumento en las tarifas para el transporte de contenedores entre Asia, Europa y Estados Unidos es otra consecuencia directa de la reducción de la capacidad causada por los ataques hutíes. Las tarifas spot han experimentado un aumento significativo, superando el 173% en algunas rutas, lo que impacta directamente en los costos de producción y distribución de bienes a nivel global.
La congestión en los puertos europeos, como Róterdam, Amberes y Hamburgo, se ha convertido en una preocupación adicional debido a los cambios en las rutas de transporte marítimo. Se espera que estos puertos experimenten congestiones y retrasos en las entregas durante el primer trimestre de 2024, lo que podría tener efectos en cascada en la economía global.
Los costos adicionales asociados con los cambios de ruta y la congestión en los puertos podrían impactar en los precios finales de las mercancías, lo que afectaría a consumidores y empresas en todo el mundo. La incertidumbre sobre la duración y la gravedad de la crisis en el mar Rojo plantea desafíos significativos para la planificación logística y la gestión de la cadena de suministro a nivel mundial.
Impacto de los ataques hutíes en el Mar Rojo en las cadenas de suministro globales
Los ataques perpetrados por los hutíes en el Mar Rojo están generando un impacto significativo en las cadenas de suministro globales. Estos combatientes, respaldados por Irán, han bloqueado una de las principales rutas comerciales del mundo, afectando a la mayoría de los cargueros de contenedores que transportan una amplia gama de productos a nivel internacional.
La interrupción prolongada de esta vía navegable, que conecta con el canal de Suez, amenaza con paralizar las cadenas de suministro mundiales y elevar los precios de los productos manufacturados. El canal de Suez representa entre el 10% y el 15% del comercio mundial, incluyendo las exportaciones de petróleo, y hasta el 30% del volumen mundial de transporte de contenedores.
Las acciones de los hutíes, basados en Yemen, han desencadenado una serie de respuestas militares por parte de Estados Unidos y el Reino Unido, quienes han reforzado la seguridad marítima. Sin embargo, los ataques continúan, con misiles y drones derribados, lo que agudiza aún más la situación y aumenta los riesgos para la economía mundial.
Los minoristas ya están alertando sobre posibles retrasos en los envíos, mientras que el costo del transporte de mercancías por mar está experimentando un aumento significativo. Tesla, por ejemplo, ha anunciado la paralización de gran parte de su producción en Alemania debido a la interrupción en el suministro de piezas.
El sector del petróleo también se ve afectado, con un incremento en los precios del Brent y el crudo estadounidense. Existe el temor a una escalada del conflicto regional que podría interrumpir aún más el suministro de energía, generando repercusiones en los precios globales.
Seis de las principales compañías de transporte marítimo de contenedores han optado por evitar el Mar Rojo ante la amenaza hutí, desviando sus rutas alrededor del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica. Esto ha provocado retrasos de hasta tres semanas y un aumento considerable en los costos de envío.
El incremento en los gastos de transporte podría traducirse en un aumento de los precios al consumo, lo que podría contribuir a una mayor inflación a nivel mundial. Este escenario plantea desafíos adicionales para la recuperación económica en un momento crítico.
Además, las interrupciones en las cadenas de suministro podrían afectar a sectores clave como la automoción, el mueble, la moda y otros, con retrasos en las entregas y posibles escaseces de productos.
Empresas de todo el mundo están evaluando la situación y activando planes de contingencia para hacer frente a los posibles impactos prolongados en las cadenas de suministro. Sin embargo, la incertidumbre persiste y el riesgo de mayores perturbaciones sigue siendo alto mientras la crisis en el Mar Rojo continúe sin resolver.
Las consecuencias para España
La falta de cargueros y los ataques en el Mar Rojo están generando consecuencias significativas para el suministro de crudo a España. El país recibe diariamente alrededor de 200.000 barriles de crudo de Arabia Saudí e Irak, lo que representa más del 12% de todas las importaciones de petróleo de España. Sin embargo, esta ruta se ve amenazada por los ataques de los hutíes en el Mar Rojo, lo que pone en riesgo la disponibilidad de crudo en el corto plazo.
España, que depende en gran medida del petróleo importado, se enfrenta a un escenario preocupante dado que el petróleo de Irak y Arabia Saudí es difícilmente sustituible a corto plazo. Aunque ha aumentado su dependencia del petróleo de América, las alternativas resultan poco eficientes y costosas para compensar la pérdida de suministro desde Oriente Medio. Además, el incremento en el precio del petróleo como resultado de la crisis en el Mar Rojo está añadiendo presión a la economía española y europea en general.
La falta de cargueros y los ataques en el Mar Rojo también tienen implicaciones geopolíticas y económicas más amplias. Esta ruta marítima es vital para el comercio de petróleo a nivel mundial, y su interrupción está generando incertidumbre en los mercados internacionales de energía. Además, las tensiones geopolíticas, especialmente en torno a Rusia y Ucrania, están exacerbando la situación y añadiendo más volatilidad a los precios del petróleo. En resumen, la crisis en el Mar Rojo está teniendo un impacto significativo en el suministro de crudo a España y plantea desafíos importantes para la economía nacional y europea en su conjunto.