El Mobile World Congress 2024 no bate récords, como sí hacía antes de la pandemia, pero está atrayendo a la «calaña» del sector del taxi a Barcelona. Los taxis piratas han invadido la ciudad, incluso llegan desde Francia para tratar de obtener un ingreso ilegítimo al no tener ni licencia ni autorización.
Estos ‘piratas’ están actuando a pesar de la exhaustiva semana de controles sobre los vehículos con licencia sin conductor, desplazando al depósito de la grúa a más de medio centenar de infractores en apenas siete días.
No obstante, el pirateo se está produciendo en el taxi, con pacto de precios en infraestructuras críticas para el transporte, como la estación de Sants o el aeropuerto de El Prat. Los pactos se realizan especialmente con turistas recién llegados, que apenas entienden dos palabras de español, y que llegan a cobrar una alta tarifa por el desplazamiento a la Ciudad Condal. En concreto, los precios exigidos rondan entre los 75 y 100 por un trayecto que apenas cuesta 30 desde el centro de Barcelona.
EL TAXI DE BARCELONA SE QUEJA, SIN MOVILIZARSE
Esta situación enerva y calienta los ánimos en el sector del taxi reglado, donde se reproducen las quejas, pero no las movilizaciones, como sí se hacía antaño. De hecho, el impulsor de todas las protestas del taxi, Alberto Álvarez, bloquea toda iniciativa, incluso la de paralizar el MWC24, como sí hizo en el pasado para protestar contra las licencias de VTCs que operan en la Ciudad Condal.
Álvarez se niega tajantemente a pararlo todo a pesar de las transgresiones de la normativa vigente que tanto le ha costado conseguir. Cabe señalar que fue quien arrancó el acuerdo de la Generalitat para casi expulsar a las VTCs de plataforma del Área Metropolitana de Barcelona, con unas durísimas condiciones y requisitos a los que se añade el nivel B2 de catalán, tan solo un nivel inferior al que se exige al profesorado actualmente. Es decir, una conversación fluida y buena escritura.
Para Álvarez, bloquear el MWC24 significa «tirar a la mierda todo el trabajo que se ha conseguido durante años». «Es un precio que tenemos que pagar», ha sostenido. Las palabras llegan en una semana muy esperada para los taxistas en el peor mes del año, como viene siendo tradicionalmente febrero. «Es un precio barato», insiste quien lidera también Élite Taxi, el sindicato mayoritario y la voz cantante de todas las movilizaciones del sector.
PRESIÓN INTERNA EN EL TAXI PARA BLOQUEAR EL MWC24
A su juicio, la irrupción de los taxistas piratas como el uso de licencias de VTCs prohibidas en Cataluña «solo ocurre en el MWC24», una feria a la que tienen un amor y odio a partes iguales porque ha sido su objetivo a la hora de exigir reivindicaciones. Antes de la pandemia, los taxistas llegaron a montar una huelga por el decreto Ábalos, dejando sin servicio la feria tecnológica más importante del mundo, mientras se bloqueó Barcelona. Ahora, las tornas han cambiado y son las VTCs de plataforma las que protestan en las puertas del MWC24, al exigir una mayor flexibilidad y controles menos exhaustivos a la Guardia Urbana y a los Mossos d’Esquadra.
«No podemos ver el MWC24 como algo puntual, sino estratégico», ha indicado. Además, los movimientos del MWC24 no suponen tampoco una mayor facturación para los taxistas ya que tienen un gran número de horas de espera para encochar. El motivo es que las empresas y la organización alquila sus propias furgonetas, muchas de ellas mal aparcadas en la cercanía con la vista gorda de las autoridades. No es que estén escondidas, sino en las inmediaciones o aparcadas en gasolineras o doble fila.
Es la semana de la barra libre
Este hecho provoca la desafección en el taxi, por más que Álvarez trate de lanzar un mensaje de calma. «Es la semana de la barra libre», define quien tiene ahora una licencia de un taxi. «Si queréis petarlo, lo petamos», indica, pero hace una reflexión: «¿Y el resto del año?».
ÁLVAREZ SE NIEGA A PARAR EL MWC24
Por ello, aboga por guardar la calma y mantener la presión a las VTCs a través de la Guardia Urbana, como esperar «una ley a medida» para bloquear «las miles de licencias que han aparecido por la sentencia del Tribunal Supremo», como es pedir el B2 de catalán.
En este sentido, ha sostenido que las quejas deben superarse con alternativas, soluciones que no se escuchan en el sector. «Me aguanto una semana y seguimos trabajando», ha sostenido antes que iniciar un paro que pondría el caos en Barcelona, con toda la opinión pública y los sectores económicos en su contra. «Quién nos apoyará si paralizamos el MWC24», se pregunta.
Así, ha considerado que hay que «jugar estratégicamente» con los partidos y las empresas, presionar y estar en los juzgados. De hacerlo de otra forma, como en Madrid en 2019, cuando el taxi paralizó la zona de Fitur durante dos semanas, la situación para el taxi perdería fuerza. «Detrás del MWC24 hay muchos intereses económicos y no nos podemos permitir el lujo de reventarlo», ha destacado.