El Mobile World Congress 2024 (MWC24) se ha puesto de largo ante su decimonovena edición en Barcelona, pero reina el pesimismo en Ciudad Condal. Las expectativas enfrían el ambiente cuatro años después de la pandemia, a pesar de la gran ocupación hotelera. Y es que, la mayoría de reservas se han realizado a través de la organización, con precios cerrados, y no hay a la vista congresistas rezagados. La Generalitat, como es habitual, ha vuelto a plantar al Rey en la cena inaugural.
La suave tendencia positiva en el número de participantes dada 2023 había venido para quedarse, pero no se alcanzarán las cifras récord de 2019 en esta edición, más descafeinada que nunca. Uno de los principales motivos es la gran ausencia de los principales fabricantes tecnológicos de EE UU, que prefieren dar a conocer sus nuevas innovaciones y productos en eventos emitidos a nivel mundial y con los principales espadas de las compañías como reclamo.
No habrá así, de nuevo, un stand de Apple en el MWC24 para mostrar las próximas novedades de Cupertino. De hecho, algunas grandes firmas presentes traerán al MWC24 dispositivos ya presentados, solo Xiaomi y unas pocas más desvelarán íntegramente y por primera vez sus nuevos diseños en terminales. Y es que, tras la pandemia y la bajada de ventas debido a los cuellos de botella de 2020 a 2022 había urgencia por recuperar la facturación perdida.
CENA INAUGURAL SIN LA GENERALITAT EN EL MWC24
Tal es la situación que en la gala de inauguración no se han dado las habituales cifras de congresistas ni tampoco se ha anunciado el impacto económico directo. Una ausencia de datos que muestra la preocupante situación del mayor evento tecnológico del mundo. Otra notable ausencia ha sido la de la Generalitat, sin Pere Aragonès, que ha preferido hacer un acto alternativo denominado MWC Lunch.
La cifra de asistentes no se acercará ni de lejos a los 110.000 registrados en 2019. El pasado año tampoco se alcanzaron tales números, rebajándose por debajo de las 90.000 personas, mientras que en 2022 apenas llegaron 60.000 personas. En 2021, con un evento a medio hacer y a última hora participaron solo 20.000 congresistas, mientras que en 2020 no hubo debido a la pandemia y con el fin de evitar un mayor número de contagios.
Para este año, en el MWC24 se esperan cerca de 95.000, según estimaciones, para un total de 2.400 expositores, prácticamente los mismos que en 2023. Los números muestran así un agotamiento de esta gran feria que no consigue arrancar espacio a los grandes gigantes mundiales, mientras llena los huecos ofreciendo una mayor superficie para las empresas con mayor crecimiento en el corto período de cuatro años. De ahí que se haya duplicado el área de 4YFN (Four Years For Now). Es el tiempo estimado para convertir una startup en una empresa consolidada, aunque el 99% de ellas se queda en el camino, más tras la burbuja tecnológica de 2020.
LA FIRA DE BARCELONA, OBLIGADA A RELLENAR ESPACIOS
Para la Fira de Barcelona, donde la GSMA organiza el evento, es crucial volver a llenar los pabellones como antes de la pandemia, pero este año no hay cifras de impacto. Eso sí, se estiman cerca de 450 millones de euros, un 20% menos respecto al 2020. Todo, con las reservas de los grandes restaurantes y estrellas michelín ya agotadas, así como en la mayoría de hoteles de 4 y cinco estrellas, aunque no en los de tres. Por noche, el precio medio alcanza ahora los 500 euros, aunque los hay más elevados.
Para tratar de endulzar el agrio sabor de la realidad, los líderes políticos de Barcelona y Cataluña han tratado de enviar mensajes esperanzadores y positivos, así como grandes números en inversiones, pero este año, el MWC24 se encuentra a la altura de Fitur en cuanto a impacto económico, uno en declive y otro en auge ante la avalancha de turistas que se esperan este año.
Así las cosas, el MWC24 continuará en Barcelona en vez de apostar por Madrid, donde el recinto es más atractivo respecto a la Fira ubicada en L’Hospitalet. De hecho, para aumentar el espacio y evitar vacíos, habrá más comida que nunca dentro de las instalaciones, con foodtrucks y cafeterías en los pasillos y espacios entre pabellones. También en el interior de los mismos, como si de una fusión gastrotecnológica se tratara.
CATALUÑA, BAJO LA AMENAZA DE MADRID Y MÁLAGA
«Hoy Catalunya está en disposición de jugar un papel protagonista en todos los ámbitos tecnológicos. Tenemos los activos para hacerlo y también los recursos», ha afirmado Pere Aragonès, presidente de la Generalitat. «Este 2024, por primera vez el presupuesto para innovación y desarrollo superará los 1.000 millones de euros», ha afirmado. No obstante, ha dejado un recado para los más de 400 asistentes al evento: «El mundo sólo avanza si le empujamos», parafraseando así al genial Antoni Tàpies.
De relleno, el presidente de la Generalitat ha asegurado que el MWC24 es un «éxito» que se supera año tras año, aunque las cifras muestran una realidad muy distinta. El alcalde de Barcelona ha tratado de trasladar un mensaje similar, afirmando que es la ciudad con menos parados del Estado y la que crea más empleo cualificado.
Ajeno a las cifras se ha mostrado el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, quien ha abierto el debate para decidir «los límites de la tecnología transformadora». Así, considera que el sector público debe ser el impulsor para arrancar a las startups y reforzar la industria tecnológica moderna. La buena intención del ministro tiene un grave agujero. Y es que, estas empresas nacen con múltiples necesidades de capital para poder innovar y desarrollar un producto o servicio escalable. Y no, las cifras muestran estrepitosos fracasos.
John Hoffman, el director de orquesta del MWC24, ha introducido este año al MWCapital por primera vez dentro del Fira, básicamente por la necesidad de cerrar espacio. Tradicionalmente, esta parte del MWC se realizaba fuera del recinto de la Fira de L’Hospitalet.
