La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se encuentra en el ojo del huracán por la polémica elección de sus nuevos vehículos de servicio. Según denuncia la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), los coches adquiridos presentan varias deficiencias que no solo infringen las normas de tráfico impulsadas por la Dirección General de Tráfico (DGT) que ellos mismos deben hacer cumplir, sino que también comprometen la seguridad de los agentes. La AEGC ha señalado dos problemas principales: el reducido tamaño del maletero de los vehículos y su limitada autonomía. Esto obliga a los guardias a transportar material como conos, señales o chalecos antibalas sueltos en los asientos traseros, contraviniendo las normas de tráfico y creando un peligro potencial en caso de accidente. Además, la corta autonomía de apenas 325 km dificulta que puedan cumplir con sus labores habituales de vigilancia en carretera. En este artículo te contaremos que repercusión tuvo en la ciudadanía este “desliz” de la Guardia Civil y hablaremos de qué medidas tienen pensado tomar al respecto.
5Patrullar sin garantías de protección
Los agentes de la Guardia Civil han manifestado en diversas ocasiones que la miniatura capacidad de los maleteros en sus nuevos vehículos (apenas 100 litros) les obliga en los relevos de turno a renunciar aparte de su voluminoso equipo individual de protección y seguridad (especialmente chalecos antibalas sobre los uniformes) cuando salen a patrullar por no tener dónde transportarlo. Esta inaceptable situación pone absolutamente en peligro su propia integridad física en caso de encontronazos violentos durante un servicio y contraviene flagrantemente las obligaciones de la DGT y el Ministerio del Interior de proporcionar tanto el material como los vehículos más seguros posibles a sus efectivos en la carretera.