La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se encuentra en el ojo del huracán por la polémica elección de sus nuevos vehículos de servicio. Según denuncia la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), los coches adquiridos presentan varias deficiencias que no solo infringen las normas de tráfico impulsadas por la Dirección General de Tráfico (DGT) que ellos mismos deben hacer cumplir, sino que también comprometen la seguridad de los agentes. La AEGC ha señalado dos problemas principales: el reducido tamaño del maletero de los vehículos y su limitada autonomía. Esto obliga a los guardias a transportar material como conos, señales o chalecos antibalas sueltos en los asientos traseros, contraviniendo las normas de tráfico y creando un peligro potencial en caso de accidente. Además, la corta autonomía de apenas 325 km dificulta que puedan cumplir con sus labores habituales de vigilancia en carretera. En este artículo te contaremos que repercusión tuvo en la ciudadanía este “desliz” de la Guardia Civil y hablaremos de qué medidas tienen pensado tomar al respecto.
2Vehículos poco operativos
Además del problema de falta de espacio en el interior, la AEGC denuncia otras carencias que afectan profundamente la operatividad de los nuevos coches de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Por ejemplo, su escasa autonomía eléctrica de apenas 325 km reales con una sola carga. Esta distancia resulta claramente insuficiente si tenemos en cuenta que en sus rutinas diarias de vigilancia los guardias civiles de tráfico suelen recorrer sin problemas entre 600 y 700 km de media durante sus largos turnos de trabajo.