En la compleja red de ciudades y pueblos que componen España, existe un municipio que desafía la convención del tráfico urbano: Pinto, ubicado en la periferia de Madrid. Con más de 55.000 habitantes, esta localidad madrileña se erige como el único gran municipio de España que prescinde por completo de semáforos para regular sus carreteras. Con una extensión de casi 62 kilómetros cuadrados, Pinto desafía las expectativas de quienes imaginan que el tránsito sin semáforos es una quimera en el mundo moderno.
La ausencia de semáforos en Pinto es un fenómeno singular que data de tiempos pasados. Mientras que en el resto del país la señalización lumínica se volvió común a finales de los años 70, Pinto seguía un rumbo diferente. En 1979, tras una solicitud del concejal delegado de Tráfico, Rafael Mendoza Sánchez, se obtuvo la unanimidad para la instalación de semáforos en un proyecto que demandó un presupuesto cercano a los 6 millones de pesetas. Sin embargo, la decisión de mantener la fluidez del tráfico llevó, 27 años después, a la eliminación total de estos dispositivos en 2006, marcando así un hito en la gestión del tránsito urbano en España.
La transición de semáforos a rotondas como mecanismo regulador del tráfico ha sido una característica distintiva en la transformación de las vías de Pinto. Las autoridades municipales argumentan que esta medida ha eliminado esperas innecesarias para los conductores, al tiempo que fomenta una circulación más fluida y segura. Sin embargo, a pesar de las ventajas evidentes, persiste un debate entre los vecinos, algunos de los cuales abogan por el retorno de los semáforos como una opción más precisa y familiar para la regulación del tráfico en las calles de esta singular localidad madrileña.
1Pinto: El singular municipio madrileño sin semáforos
Pinto, un municipio al sur de Madrid con una población de más de 55.000 habitantes, se destaca como un caso singular en la gestión del tráfico urbano al prescindir por completo de semáforos para regular sus calles. La historia detrás de esta inusual decisión se remonta a finales de la década de 1970, cuando los semáforos fueron instalados por primera vez como parte de un esfuerzo por modernizar la circulación urbana y mejorar la seguridad vial.
Sin embargo, tras más de 27 años de convivencia con los semáforos, la concejalía de Movilidad Urbana tomó una decisión sorprendente en 2006: la eliminación total de estos dispositivos. Esta medida ha impactado en la dinámica circulatoria de la ciudad al promover un enfoque alternativo basado en la implementación de rotondas y otras medidas de regulación del tráfico, desafiando las convenciones establecidas y generando un debate sobre la eficacia y la seguridad del sistema vial actual en Pinto.