¿Te ha pasado alguna vez que has horneado un bizcocho con mucha ilusión, pero al final sale duro, crudo o poco esponjoso? Es totalmente decepcionante, pero no te preocupes, tenemos la solución a tu problema.
En este artículo te enseñaremos los mejores trucos para conseguir un bizcocho perfectamente esponjoso y delicioso. ¡Empecemos!
6La grasa
Para lograr un bizcocho perfecto, es esencial que utilices grasa en la receta. Tienes la opción de elegir la grasa que se menciona en la receta o sustituirla por la que prefieras, siempre y cuando utilices la cantidad equivalente. Sin embargo, ¿hay alguna opción que sea la correcta? Si deseas obtener un sabor intenso, te recomendamos utilizar mantequilla, pero asegúrate de que sea de buena calidad para obtener resultados óptimos.
Es fundamental que añadas la mantequilla junto con los huevos y la batas hasta que se forme una crema esponjosa. Si la receta no especifica lo contrario, evita derretir la mantequilla y mejor córtala en cubitos pequeños para que alcance la temperatura ambiente rápidamente.
El aceite de oliva extra virgen le proporcionará un color y un sabor muy especial a tu bizcocho, aunque al utilizarlo, no subirá tanto. Si utilizas aceite de girasol, obtendrás la cantidad necesaria de grasa sin afectar demasiado al volumen del bollo, aunque el sabor será prácticamente imperceptible.