El PSOE ha sufrido su peor resultado histórico en las elecciones autonómicas gallegas al conseguir solo nueve escaños y ha hecho imposible el cambio para desbancar al PP de la Xunta. A pesar del carácter nacional que adquirió la campaña y que esta cita con las urnas suponía un examen para el presidente nacional del PP, el gallego Alberto Núñez Feijóo, no han conseguido provocarle desgaste.
El socio de coalición, Sumar, liderado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, también ha obtenido un resultado negativo al no conseguir representación en el parlamento gallego. Un fracaso para los dos partidos que forman el Gobierno en el primer test electoral al que se someten después de pactar la ley de amnistía con los partidos independentistas.
En Ferraz sin embargo, restan importancia al impacto de la amnistía en el resultado electoral y creen que los gallegos han votado en clave autonómica, según indican fuentes socialistas. En este sentido señalan que el PP ha obtenido dos diputados menos que en las anteriores elecciones mientras que los partidos que apoyan la amnsitía (PSOE y BNG) suman un diputado más que hace cuatro años.
Los socialistas sabían que estas elecciones eran clave para Feijóo, que se jugaba buena parte de su crédito como líder del PP en una comunidad en la que él mismo había arrasado en la última década, con cuatro mayorías absolutas seguidas como líder ‘popular’ en Galicia.
El PSOE tenía claro que perder este bastión podría tener consecuencias a nivel nacional y poner en cuestión el liderazgo de Feijóo y desde el principio se mostraron dispuestos a dar su apoyo al BNG, si los números daban, para desalojar al PP de la Xunta.
De hecho el PSOE contribuyó a que la campaña adquiriese carácter nacional, Sánchez celebró mítines en las cuatro provincias y en la última semana se lanzó contra Feijóo a cuenta de la ley de amnistía y a las revelaciones publicadas el pasado fin de semana.
Según indicaron fuentes del PP, Feijóo estaba dispuesto a un indulto condicionado al expresidente catalán, Carles Puigdemont, se pensó la amnistía durante 24 horas y veía difícil que prosperase una imputación contra él por delito de terrorismo y Sánchez aprovechó para acusarle de defender una cosa en público y la contraria en privado lo que considera un gesto de «hipocresía».
Este asunto marcó la última semana de campaña y el presidente del Gobierno afirmó además que el PP se ha quedado sin discurso y dio por desactivadas las continuas críticas lanzadas desde Génova contra la amnistía: «Solo tenían un discurso y era una gran mentira», afirmó en el cierre de campaña en un mitin en Santiago de Compostela.
Sin embargo fuentes socialistas admiten que estas revelaciones del PP no han incidido en el resultado del PP y consideran que a los de Rueda les ha ayudado la expectativa de perder el Gobierno. Consideran que los votantes de la derecha se han movilizado más después de que algunos sondeos apuntasen a la posibilidad de quedarse por debajo de la mayoría absoluta.
Esta caída de los socialistas se produce por tanto en plenas negociaciones con Junts para sacar adelante la ley de amnistía que beneficie a los implicados en el procès. El PSOE contaba con llegar a las elecciones gallegas con el trance de la amnistía ya superado, pero el voto en contra de Junts en el pleno del Congreso de los Diputados retrasó la aprobación de la norma y metió de lleno la amnistía en la campaña gallega.
DESPLOME DE CINCO ESCAÑOS
Los socialistas ya partían de su suelo histórico, obtenido en las elecciones de julio de 2020 donde lograron solo 14 escaños y 253.750 votos, 3.000 apoyos menos que en los anteriores comicios autonómicos de 2016 en los que también lograron 14 escaños.
Ahora se desploman y pierden cinco asientos (9) y más de 50.000 votos, mientras el Bloque Nacionalista Galego (BNG) de Ana Pontón gana seis (25), pero se quedan muy lejos del PP (40) que consigue su quinta mayoría absoluta consecutiva.
El PSOE se hunde también en votos respecto a las elecciones generales del 23 de julio en la que fueron segunda fuerza solo por detrás del PP, con 486.832 votos y un 30% de los apoyos. Ahora logran poco más de 200.000 apoyos, un 14% confirmando así la tendencia al voto dual en esta comunidad. Los socialistas obtienen Galicia un apoyo en elecciones generales que no son capaces de capitalizar en las autonómicas.
EN DECLIVE DESDE LA COALICIÓN CON EL BNG
Se confirma por tanto que son la tercera fuerza política en Galicia y agrandan su distancia respecto al BNG que históricamente ha tenido menos apoyos que el PSOE. De hecho la única vez que los dos partidos gobernaron en coalición, entre 2005 y 2009, el presidente fue el socialista Emilio Pérez Touriño y su número dos Anxo Quintana.
Desde entonces, el PP fue encadenando mayorías absolutas con Alberto Núñez Feijóo (2009, 2012, 2016 y 2020) y ahora con Alfonso Rueda. Por el contrario los socialistas han ido progresivamente en declive tras la experiencia de gobierno con los nacionalistas.
En 2009 mantuvo los 25 escaños pero el BNG perdió uno y fue suficiente para que el PP lograse la absoluta. En 2012 el PSOE bajó a 18; cuatro años después su hundió hasta los 14 escaños y se convirtió en tercera fuerza superado en votos por En Marea, que también obtuvo 14 asientos.
Las siguientes elecciones autonómicas, julio de 2020 en plena pandemia de coronavirus, fueron las del sorpasso del BNG al PSOE. Los nacionalistas, ya con Ana Pontón al frente, lograron su mejor resultado histórico hasta ese momento con 19 diputados, cinco más que el PSOE, al quedarse con la práctica totalidad de los apoyos de En Marea, que desapareció del tablero político.