La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en alerta al mundo con su advertencia sobre una posible «Enfermedad X», un hipotético patógeno que podría ser hasta 20 veces más letal que el coronavirus. Esta preocupación será discutida en el pasado Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, donde expertos y líderes de todo el mundo se reunieron para abordar los desafíos de salud global.
La Enfermedad X no es un nuevo virus en sí, sino más bien una representación del conocimiento de que una epidemia grave podría ser desencadenada por un patógeno aún desconocido. La OMS, consciente de este riesgo, ha intensificado sus esfuerzos para preparar a los gobiernos y autoridades sanitarias mediante la Iniciativa de Preparación y Resiliencia para las Amenazas Emergentes.
Aunque la emergencia mundial por el COVID-19 ha disminuido, la OMS advierte que el mundo aún está inmerso en la pandemia, mientras el virus continúa evolucionando. Maria van Kerkhove, jefa técnica de la OMS contra el COVID-19, señaló recientemente que, a pesar de la reducción de muertes desde el pico de la pandemia, todavía se registran alrededor de 10.000 decesos mensuales, con la mitad de las muertes reportadas proviniendo únicamente de Estados Unidos.
Un aspecto fundamental en la lucha contra enfermedades como el COVID-19 es la vacunación. La OMS ha publicado un informe que destaca el impacto positivo de las vacunas contra el COVID-19, salvando casi un millón y medio de vidas en Europa. Según el director regional de la OMS Europa, Dr. Hans Henri P. Kluge, las vacunas han reducido la mortalidad en un 57% en toda la región europea desde el inicio del despliegue en diciembre de 2020.
Sin embargo, a pesar de estos avances, la posibilidad de una nueva pandemia como la Enfermedad X subraya la necesidad de estar preparados y fortalecer los sistemas de salud a nivel mundial. La prevención, la vigilancia y la respuesta rápida son pilares fundamentales para mitigar los efectos devastadores de futuras amenazas para la salud pública.
Es crucial que la comunidad internacional trabaje en colaboración para abordar estos desafíos y proteger la salud y el bienestar de la población global. En resumen, la Enfermedad X nos recuerda que la preparación y la resiliencia son esenciales para enfrentar cualquier crisis de salud que pueda surgir en el futuro.
¿Qué es la enfermedad X?
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha arrojado luz sobre el término ‘enfermedad X’, del cual tanto se ha hablado recientemente tras la alerta emitida por la OMS sobre su posible aparición, con una mortalidad potencial hasta 20 veces superior a la del COVID-19.
Según la SEE, la ‘enfermedad X’ no constituye una patología real ni representa un riesgo inminente de desencadenar una nueva pandemia. Más bien, es un concepto que hace referencia a la posibilidad teórica de un virus o bacteria aún desconocidos que podrían convertirse en una amenaza en el futuro. La OMS incluyó este término en su lista de enfermedades prioritarias para investigación hace algunos años, junto con el ébola o el zika, para señalar la posibilidad de que una epidemia global grave pudiera surgir a partir de un patógeno actualmente desconocido.
En este sentido, la SEE subraya que el término no implica una amenaza tangible, sino que señala la posibilidad de una nueva enfermedad frente a la cual la población no tendría inmunidad alguna, lo que podría resultar en una alta tasa de transmisión y mortalidad. Esta previsión sirve como base para establecer medidas preventivas y de contención, así como para impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías, como se evidenció con la rápida creación de la vacuna contra el COVID-19.
Federico Arribas, miembro de la SEE, explicó que los laboratorios ya estaban investigando líneas de trabajo que, de alguna manera, facilitaron el desarrollo de la vacuna en un tiempo récord. Por tanto, la ‘enfermedad X’ no representa una enfermedad concreta, sino más bien un concepto que ayuda a que los sistemas de farmacovigilancia y de salud pública se preparen ante posibles amenazas epidemiológicas futuras. La comprensión y la anticipación son claves para enfrentar los desafíos de la salud global de manera efectiva y proactiva.
¿Estamos preparados para la enfermedad X de la que habla la OMS?
La reciente discusión en torno a la «enfermedad X» ha generado interrogantes sobre nuestra preparación para enfrentar una potencial amenaza pandémica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha despejado dudas al respecto, reafirmando que la «enfermedad X» es más un concepto teórico que una realidad inminente.
A pesar de los esfuerzos de la OMS por clarificar su significado, la «enfermedad X» ha sido erróneamente presentada en redes sociales y foros digitales como una amenaza inminente, una enfermedad emergente con una mortalidad superior a la COVID-19. Estas afirmaciones infundadas han encontrado un terreno fértil en el miedo y la incertidumbre generados por la pandemia reciente, llevando a interpretaciones erróneas y alarmistas.
La realidad es que la OMS introdujo este término en 2017 en su lista de enfermedades prioritarias para la investigación. Su objetivo era señalar la posibilidad de que un agente patógeno desconocido pudiera desencadenar una pandemia y subrayar la necesidad de prepararse para lo desconocido.
En marzo de 2020, The Lancet Infectious Diseases publicó un estudio titulado «Enfermedad X: acelerando el desarrollo de contramedidas médicas para la próxima pandemia», que amplió el término para incluir al Patógeno X (el patógeno que conduce a la Enfermedad X) e identificó áreas de desarrollo de productos y coordinación internacional que ayudarían a combatir cualquier futura Enfermedad X.
Este enfoque proactivo busca fomentar la investigación y el desarrollo de vacunas y medicamentos que puedan adaptarse rápidamente a patógenos emergentes, como se vio en la respuesta rápida al desarrollo de vacunas para la COVID-19.
El malentendido en torno a la «enfermedad X» ha sido amplificado por teorías conspirativas que lo vinculan a oscuros planes de «élites globales». Tales narrativas se han propagado particularmente en torno a eventos como la conferencia del Foro Económico Mundial en Davos, donde se discutió este concepto
«Por supuesto, hay personas que dicen que esto podría crear pánico. Es mejor anticiparse a algo que podría ocurrir porque ya ha sucedido muchas veces en nuestra historia, y prepararse para ello», dijo esta semana en Davos el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Las teorías de conspiración distorsionan la realidad, presentando la preparación frente a amenazas desconocidas como parte de un supuesto plan para desencadenar una pandemia.
La propagación de estas falsedades no es trivial; tiene serias implicaciones para la salud pública. Genera desconfianza en las instituciones sanitarias y científicas, debilitando los esfuerzos de prevención y control de enfermedades. Además, desvía la atención de las verdaderas amenazas sanitarias y puede retrasar la respuesta a emergencias reales.
En conclusión, la «enfermedad X» es un recordatorio de la constante evolución del mundo de los patógenos y la necesidad de estar preparados para lo inesperado. Su malinterpretación y uso en teorías conspirativas no solo es un desafío para la comunicación científica, sino también un riesgo para la salud pública global. Es fundamental que la información se transmita con claridad y precisión, y que el público esté informado y preparado para discernir entre hechos y ficciones en el ámbito de la salud.