El monopolio de Live Nation sigue devorando las salas de conciertos

Live Nation, el gigante de los eventos que ya ha tenido problemas con el senado de Estados Unidos, sigue siendo responsable de la mayoría de los grandes eventos de España. Si bien algunas salas han podido llegar a acuerdos para aprovechar sus esfuerzos en el país, como es el caso de la mítica Riviera en Madrid o la Razzmatazz de Barcelona, otras han sufrido al ver cómo la empresa absorbe a los grandes artistas llevándolos al mercado de festivales y lejos de este tipo de escenarios, clave para el desarrollo de una industria cultural potente. 

Además, es un problema que se ha acelerado en los años posteriores a la pandemia. Es que en 2020 y 2021 estos espacios tuvieron que cerrar sus puertas por varios meses, o abrir con aforos reducidos y organizándose para tener al público sentado, decisión que afectaba la venta de bebidas. Es una situación que afecta a artistas emergentes, trabajadores de las salas y empresas de producción independientes, alejadas de los pilares que son empresas como Live Nation o Doctor Music, importantes también para el panorama local, pero difíciles de enfrentar para artistas y productoras más pequeñas. 

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Pero en los últimos años espacios como la sala Caracol de Madrid, la Milano de Barcelona o el Junko, también en Madrid, son solo algunos de los ejemplos más mediáticos, pero pareciera imposible revisar un foro sobre música en vivo o una página web relacionada con ello sin encontrar la noticia de un cierre doloroso. También es cierto que no es un nuevo reclamo, ya en 2015 el ‘Día sin música’ reclamaba por nuevos impuestos a los grandes festivales que les permitieran competir de forma más cercana. Es decir, no es un problema nuevo.

Estos años, sin embargo, han complicado aún más la situación, y se hace evidente en verano. Aunque ciudades como Valencia pueden respirar gracias a las subvenciones, es complicado predecir qué pueden pasar con los espacios menos comerciales, precisamente las salas de concierto más necesarias para los artistas emergentes y que son importantes para crecer, no es fácil imaginar después de todo que el país pudiese producir figuras como Radio Futura o Mecano sin salas donde pudiesen dar sus primeros conciertos. 

INICIATIVAS PARA ALIMENTAR LAS SALAS DE CONCIERTOS

Aunque se puede señalar a los grandes festivales por atraer buena parte del talento internacional y local que de otro modo alimentaría las salas de conciertos en verano, hay algunas iniciativas de los mismos que intentan acercarse a las salas. Aquí las más llamativas son ‘Primavera en la ciudad’ que una semana antes del evento lleva a varios artistas del cartel a tocar en las salas de Barcelona, y que realizó la misma iniciativa en Madrid en 2023, el Mad Cool Talent, que lleva artistas nuevos a las salas y por supuesto el Primavera on Tour, que trae durante todo el año a España artistas internacionales. 

Son formas de darles algo de agua a un sediento, aunque quizás se enfoquen demasiado en los planes de las grandes salas, después de todo, aunque la Riviera o Razzmatazz sean importantes, no son las únicas salas importantes en el panorama local. Además, con espacios como la Eslava, antes Joy Eslava, o la Cinco y Medio repartiendo su calendario entre días de pura música urbana y electrónica, sin dar su tarima todos los fines de semana a algún artista internacional. 

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A esto se suma la siempre complicada relación de los artistas emergentes con la industria del streaming. Los pagos de empresas como Spotify o incluso Tidal no son suficientes para que un artista pueda vivir, como lo han contado a este medio artistas como Tu Otra Bonita o lo han comentado en redes figuras clave del indie como Rodrigo Cuevas de Rufus T Firefly.

EL FUTURO DE LAS SALAS DE CONCIERTO SI NO ESCAPAN DE LIVE NATION 

La complicada realidad es que mientras que los grandes artistas solo reaccionen a empresas como Live Nation o Doctor Music, es difícil mantener las salas con un buen estado de salud. Por eso se ha repetido, una y otra vez, desde el sector la importancia no sólo de políticas que acerquen al público a las mismas, sino también de que el mismo este atento a lo que ocurre en ellas.