El flan, con su suave textura y su delicioso sabor a caramelo, es uno de los postres más queridos en todo el mundo. En este texto, te llevaré a explorar los orígenes y la historia de este clásico postre, te guiaré a través de una receta paso a paso para hacer un flan casero perfecto, te presentaré variaciones creativas, sugerencias de maridaje y acompañamientos para que puedas disfrutar al máximo de este exquisito manjar.
1Orígenes
Este dulce tiene una larga historia que se remonta a la antigua Roma, donde se preparaba una versión temprana conocida como «tyropatina». Esta delicia consistía en una mezcla de leche, miel y huevos que se cocía en moldes sobre carbón caliente. Con el tiempo, la receta evolucionó y se extendió por Europa, adoptando ingredientes locales y técnicas de cocción.
Durante la Edad Media, el flan se convirtió en un postre popular en la cocina europea, especialmente en Francia y España. En España, se asociaba tradicionalmente con la cocina conventual, donde las monjas lo preparaban con huevos de las granjas del convento y lo servían como postre para ocasiones especiales.
En el siglo XIX, con la llegada de la leche condensada enlatada, experimentó una transformación significativa. Esta innovación simplificó el proceso de preparación, haciendo que fuera más accesible para las familias comunes. Desde entonces, ha seguido siendo un postre querido en todo el mundo, con innumerables variaciones y adaptaciones en diferentes culturas y cocinas.