Errores habituales al contratar una póliza de seguro

El de responsabilidad civil asociado al coche, el de vida cuando se firma la hipoteca, el de viajes para que todo vaya como la seda… Prácticamente, todas las personas adultas de España están familiarizadas con la contratación de un seguro.

¿Cuántas veces has repetido estas acciones? Entras al comparador de seguros Inkomparable, buscas el precio más bajo y contratas tu póliza por Internet. ¿Te suena, verdad? Pues tienes que saber que seguramente estés cayendo en algunos de los errores habituales a la hora de contratar una póliza de seguro.

De hecho, la mayor parte de los usuarios no aprovecha todas las ventajas que da tener un comparador de seguros online con acceso a distintas ofertas en un mismo espacio y en apenas unos segundos. Los profesionales del sector tienen identificadas una serie de equívocos que los particulares y las empresas cometen a la hora de cerrar este tipo de contratos. Entre los más importantes a evitar figuran los siguientes:

Mirar solo el precio

Cualquier persona puede extraer de lo anterior que el precio de la póliza no puede ser la única variable a tener en cuenta a la hora de elegir la mutua. Es crucial tener en mente el dicho popular de que lo barato sale caro. Obviamente, esto no siempre es así, pero el riesgo se eleva si la decisión de compra solo se adecúa al coste.

Para evitar sorpresas, conviene estudiar qué cubre cada póliza, cuáles son las coberturas, qué escenarios son motivo de exclusión o, por ir más allá, si hay franquicias que el cliente tendrá que asumir en caso de ejecutar el seguro.

Quedarse con dudas

La práctica totalidad de las empresas aseguradoras cuentan con un equipo de profesionales para ofrecer atención telefónica a los futuros clientes.

Estos trabajadores están especialmente dedicados a resolver dudas, explicar claramente las cláusulas del contrato o valorar situaciones personales de cada usuario. Contactar con las aseguradoras ante la más mínima duda antes de contratar el seguro es la mejor forma de despejar todos los interrogantes y tener el control absoluto sobre el servicio que se está adquiriendo.

No ser claros con los datos

Un seguro de coche, de vida o de cualquier otro tipo está adecuado a las características concretas de cada caso. Por poner un ejemplo, la póliza de un turismo tiene en cuenta la edad del coche, la del conductor habitual, si se cuenta o no con garaje…

Todos estos puntos se valoran a la hora de dar un precio por el seguro. Por eso, mucha gente cree que ofreciendo un perfil más positivo el seguro le saldrá más barato.

Esto puede ser así de inicio, pero, una vez más, ‘lo barato sale caro’: mentir a la hora de hacer la contratación puede ser motivo suficiente de que la aseguradora decida no ejecutar la póliza en caso de necesidad por incumplimiento por parte del cliente.

No valorar nuevas opciones al fin de cada contrato

Los seguros suelen renovarse anualmente de manera automática. Esto hace que mucha gente se despreocupe y siga pagando año a año sin valorar nuevos productos u otras compañías que pueden ofrecer unas mejores condiciones. Es recomendable ser conscientes de cuándo vence cada seguro y, ante la cercanía de la fecha tope, utilizar de nuevo el comparador de seguros para estudiar un posible cambio.

Teniendo estos cuatro puntos en mente, cualquier usuario puede ahorrar dinero y mejorar su protección, la de su familia y la de sus propietarios de una forma mucho más eficiente sin hacer un gran esfuerzo.