Los snacks o aperitivos forman parte habitual de nuestra dieta. Son prácticos, rápidos y, todo hay que decirlo, deliciosos. Sin embargo, lo cierto es que la mayoría distan mucho de ser saludables. Así lo revela un reciente análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que pone en evidencia lo poco nutritivos que son la gran mayoría de snacks que podemos encontrar en los supermercados. La OCU ha examinado en detalle la composición y el etiquetado nutricional de 202 snacks salados diferentes. Su conclusión es que solo dos de ellos merecen el calificativo de «saludables». Es decir, menos del 1% superan el corte. El resto presentan importantes carencias nutricionales, así como un elevado contenido en sal, azúcares, grasas poco recomendables y multitud de aditivos. En este artículo veremos cuáles son los principales escollos nutricionales de estos omnipresentes aperitivos.
1OCU: Exceso de sal, grasas nocivas y aditivos
Uno de los principales problemas que presentan la mayoría de snacks es su alto contenido en sal. La OCU alerta de que la media supera el 3,8%, muy por encima de los niveles recomendados. También preocupa el elevado aporte calórico, con una media de 467 calorías por cada 100 gramos cuando lo recomendable son unas 400 como máximo. Otro punto a considerar es la presencia de grasas pocos saludables como las saturadas, que suponen de media un 7,8% del producto. Finalmente, el abuso de aditivos como potenciadores del sabor es igualmente cuestionable. Algunos, como el polémico glutamato monosódico (E621) producen reacciones adversas en un porcentaje de la población.