Mientras que los agricultores siguen protestando por las medidas de control de Bruselas, y las exigencias que están haciendo a los agricultores de la Unión Europea, y que no se repiten en los productos importados de otros países, ahora CCOO confirma que el servicio de Cercanías Renfe hará una huelga de 23 horas el próximo viernes, lo que puede significar un colapso absoluto en el transporte por tierra, de pasajeros y mercancías, antes del fin de semana y un verdadero dolor de cabeza para los ministerios involucrados en las propuestas.
Para transporte, en particular, el anuncio de que los trabajadores de Renfe es doloroso, pues han señalado directamente al ministro Óscar Puente por bloquear las negociaciones para lograr una reducción de la jornada laboral de 37 horas y media a las 35 que están pidiendo los sindicatos de Adif y Renfe. Por su lado, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, no ha podido dar soluciones internas a los problemas de los agricultores españoles que desde el martes han salido a las principales vías del país a protestar.
También es cierto que ambos tienen que lidiar con presiones externas para enfrentar los problemas que causan las respectivas protestas. Para el ministerio de Agricultura se trata de las medidas que apoya Bruselas, que en el fondo son las que causaron el inicio de esta nueva tanda de protestas. Por su lado, Puente sabe que el cambio en la jornada laboral puede necesitar un aumento de la masa salarial por nuevas contrataciones que no esté previsto en los presupuestos de este año.
Pero quien se ve más afectado por la situación son los usuarios, en especial aquellos que viviendo en las afueras de Madrid pueden encontrarse con un servicio de cercanías funcionando alrededor del 70% de su capacidad por la exigencia de servicios mínimos y unas vías de entrada bloqueadas no solo en la capital sino en varias de las ciudades más importantes del país.
Es un momento complicado en el que dos crisis diferentes se sincronizan para generar un problema mayor. Por fortuna en este caso la tractorada se concentrará en Zamora, Bilbao y Extremadura, como lo han anunciado COAG y ASAJA, pero hasta ahora las protestas han llegado a otras vías cercanas a las grandes ciudades, y no parece que el viernes vaya a ser diferente.
Sobre todo en el caso del transporte de mercancías, que en Renfe tendrá que cumplir un servicio mínimo de apenas 25%. Eso quiere decir que durante 24 horas será complicado enfrentar esta situación tanto para quienes deben mover productos como para los que deben recibirlos de forma urgente.
SOLUCIONES DISTINTAS A PROBLEMAS DIFERENTES
Lo cierto es que dado que son dos problemas distintos que se han sincronizado en una crisis puntual, es evidente que son soluciones diferentes, y en manos de personas e instituciones diferentes.
La primaría pasa por acuerdos entre la Comisión Europea y los agricultores de los países que han salido a protestar. Es una negociación complicada dado que muchas de las medidas de sostenibilidad necesarias para cumplir los objetivos de cara a 2030 y que este mismo año hay elecciones para el Parlamento Europeo, que pueden transformar este tipo de situaciones.
Por otro lado, los acuerdos entre los sindicatos de ADIF y Renfe con el Ministerio de transporte dependen no sólo de ambas partes, sino de la complicada realidad del presupuesto que tienen para las empresas públicas. Cambios en horarios, masa salarial o nuevas rutas pueden ser suficientes para cambiar la negociación, y complicar la reducción de jornada que piden los sindicatos.
Aunque no parece probable, incluso con lo complicada que es la realidad actual del país, que se llegue a un acuerdo en alguno de los temas antes del viernes, pasa a ser importante resolver el problema antes de que se repita una situación similar en los próximos meses.
¿RENFE PUEDE RESOLVER EL PROBLEMA ANTES?
Lo cierto es que si uno de los dos problemas puede resolverse primero, ese seguramente sea el acuerdo del ministerio con ADIF. En el fondo, una parte del Gobierno está frente a una oportunidad de presumir un logro importante: Que dos de las empresas estatales más conocidas del país se conviertan en una de las primeras en asumir la jornada laboral de 35 horas soñada por Yolanda Díaz, puede alcanzar para buscar estrategias que resuelvan el problema con los trabajadores.
En cambio, en el caso de los agricultores, puede ser más largo el proceso. Las elecciones europeas y las conversaciones sobre la agricultura que la propia Ursula von der Leyen ha asumido pueden alargarse hasta después del verano. Aunque ya se tomó el primer paso de eliminar la exigencia de reducir el uso de pesticidas a 50%, otras como las medidas espejo con importadores y revisar acuerdos con el Mercosur o Marruecos.
De momento, ante el anuncio de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de retirar la propuesta para reducir a la mitad el uso de pesticidas en la Unión Europea, Planas ha destacado este miércoles que le parece una medida «inteligente y oportuna». Por tanto, al menos parecen alineados en la estrategia para superar la primera crisis de 2024.