La Unión Europea está impulsando una tendencia al alza de los límites de velocidad en autopistas y autovías, una medida que choca frontalmente con la política de la Dirección General de Tráfico (DGT) en nuestro país. Varios países comunitarios ya han aprobado o están valorando permitir circular a 150 km/h e incluso sin límite, argumentando la seguridad de los vehículos actuales. España se resiste de momento a elevar el tope de 120 km/h, pero Bruselas ya ha demostrado en otras ocasiones que sus directrices acaban imponiéndose sobre la voluntad nacional. ¿Estamos ante un nuevo pulso en el que la DGT se verá forzada a transigir?
2Italia también quiere subir la velocidad máxima a 150 km/h
La propuesta está sobre la mesa en el país transalpino desde la pasada primavera. Al igual que en el caso checo, solo se aplicaría en determinados tramos de autovistas con las condiciones adecuadas. Uno de los principales valedores de la medida es el polémico viceprimer ministro y líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, quien defiende que «los coches y las carreteras italianas están preparados«. Las asociaciones de automovilistas celebran la propuesta, mientras que colectivos de víctimas y ecologistas ya han mostrado su frontal rechazo, augurando un repunte de la siniestralidad si se aprueba finalmente.