La aprobación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha servido para confirmar, para lo que ya esperaban las aerolíneas, que las tarifas aeroportuarias de AENA subirán un 4,08%. Pero lo que informan al diario Que! desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), es que esta medida, aunque no será enfrentada igual por todas las aerolíneas, sin duda tendrá un efecto directo en el turismo, en un momento en que estás aún tienen problemas para terminar de superar los efectos de la pandemia.
Antes de que la subida fuese aprobada por el consejo de ministros, ALA, ya defendió que la subida sería un problema para los viajeros y para el turismo español. «No se puede pasar por alto que más del 80% de los turistas internacionales que nos visitan lo hacen en avión, por lo que poner en riesgo la conectividad puede alejarnos de resultados como los 84 millones de turistas logrados en 2023, con un gasto de 108.000 millones».
Lo cierto es que aunque ninguna aerolínea adelanta su decisión desde la asociación, dejan claro que algunas de las líneas aéreas tendrán que trasladar este cambio de precios a los precios. Aunque otras decidan asumir el nuevo costo, o bien diluirlo entre los diferentes pagos que puede realizar un usuario por un viaje a las aerolíneas, es fácil imaginar que la decisión suba los precios de algunas de las más baratas y dé luz verde a las más grandes para subir de precio posteriormente.
Es una estrategia que varía dependiendo de cada una de las empresas involucradas, pero que acerca la lupa a las aerolíneas low cost. Es que estas son las que tendrán que revisar cómo hacer que sus vuelos sean rentables, sobre todo dado que son las que asumen un menor margen de ganancia por viaje que las grandes aerolíneas. A esto se le suma la complicada realidad del turismo low cost, y la decisión del Gobierno de insistir, al menos en su discurso, en la eliminación de los vuelos cortos.
De hecho, ya empieza a haber respuestas de algunas de las aerolíneas low cost a la decisión de AENA aprobada por el Gobierno. Una de ellas es Ryanair que dijo que estaba preparada para llevar algunos de sus vuelos en España a otros mercados si la empresa aeroportuaria seguía adelante con esta decisión.
Así lo ha señalado el consejero delegado de la aerolínea, Eddie Wilson, quien ha pedido a Aena que congele las tarifas aeroportuarias para 2024 y que presente un programa de estabilidad en los principales aeropuertos. En este sentido, ha advertido de que, «sin esta estabilidad de costes a largo plazo», otros mercados europeos con los que compite España «podrían capitalizar la inversión».
Quizás sería acelerar la llegada de un problema que se espera ocurra en los próximos años. Se ha avisado que el turismo «low cost» puede ser una burbuja cerca de explotar, y esta subida de AENA puede ser el primer paso para que esto finalmente ocurra.
UN AUMENTO DE PRECIOS QUE PUEDE TERMINAR EN EL BOLSILLO DE LOS VIAJEROS
La realidad es que al final no hay forma de que este aumento en tarifas de AENA no llegue al bolsillo de los pasajeros. Sobre todo dado lo común que se han vuelto los viajes a corto plazo a través de aerolíneas low cost como la de Iberia, la propia Ryanair o Vueling. Si bien es de esperarse que si en efecto apuestan por el aumento intenten mantenerlo en mínimos, así sea por mantener un precio competitivo, también es una realidad inevitable que si para una empresa el costo de un producto sube también lo hará para el usuario.
En cualquier caso, es complicado medir la nueva realidad que puede salir de esta medida. Sumado a empresas como Binter, que quieren ocupar los espacios que pueden quedar libres por la compra de Air Europa por parte de Iberia, es fácil pensar que puede ser una nueva realidad para el mercado aéreo español, muy diferente a la que hemos visto en los últimos años.
AENA SIGUE DEFENDIENDO EL AUMENTO DE LAS TARIFAS
Por contra, Lucena, defendió este lunes la subida de tasas para que esta sea sostenible económicamente, tenga capacidad de hacer frente a su ritmo inversor y ofrezca una retribución «razonable» a los accionistas.
Lucena recordó que Aena es una empresa de capital público-privado, participada en un 51% por el Estado y en un 49% con capital privado, que en su marco regulador establece la necesidad de encontrar un equilibrio entre la eficiencia y la rentabilidad.
Asimismo, destacó que entre el año 2015 y el año 2023 estas tarifas han bajado nominalmente un 11%, mientras que la inflación ha sido del 21%. También puso sobre la mesa que la compañía se enfrenta ahora a la necesidad de invertir para renovar y ampliar algunos aeropuertos, como son los hubs de Madrid y Barcelona y otros regionales. A modo de ejemplo, señaló que las inversiones en Barajas ascienden a 2.400 millones de euros.
