¿Una ciudad romana en Medio Oriente? Si que es posible y hoy te lo contamos. En el vasto escenario de la historia antigua, hay destellos de civilizaciones que han resistido el paso del tiempo con una majestuosidad imponente. Entre estos vestigios, emerge una joya arqueológica en las tierras áridas de Jordania: Jerash, la antigua Gerasa. Aunque a menudo eclipsada por la renombrada Pompeya, Jerash reclama su lugar como una de las ciudades romanas mejor conservadas, desafiando la creencia convencional de que las maravillas del Imperio Romano se encuentran exclusivamente en Italia.
Construida en una encrucijada estratégica, Jerash se convirtió en un enclave vital desde los albores del Neolítico. Sin embargo, su verdadero esplendor llegó con la anexión al Imperio Romano en el 63 a.C., bajo la sombra del general Pompeyo. La ciudad floreció como un centro próspero y cultural, acogiendo a una población que alcanzó los 20.000 habitantes en su apogeo. Pero su destino cambió drásticamente en el año 749 d.C., cuando un terremoto devastador sepultó gran parte de la metrópolis bajo toneladas de escombros y arena, relegándola al olvido por siglos.
El redescubrimiento de Jerash en 1806 por el explorador Ulrich Jasper Seetzen marcó el renacimiento de esta ciudad perdida en el tiempo. Aunque las excavaciones no comenzaron hasta décadas después, Jerash emerge ahora como un testimonio viviente del esplendor romano en Oriente Medio. Sus teatros magníficos, arcos grandiosos y plazas monumentales narran la historia de un pasado glorioso.
En un paisaje donde la historia y la arquitectura convergen, Jerash brilla como un faro de la grandeza perdurable del Imperio Romano, desafiando las fronteras convencionales de la preservación histórica. En resumen, la ciudad romana mejor conservada no está en Roma ni en Italia, sino en las arenosas llanuras de Jordania, donde Jerash espera para contar su historia al mundo.
4Teatros y templos: el esplendor arquitectónico de Jerash
El esplendor arquitectónico de Jerash se manifiesta de manera excepcional en sus teatros y templos, testigos silentes de la grandeza y la sofisticación de la civilización romana en Oriente Medio. El Teatro del Sur, con capacidad para 3,500 espectadores, destaca por su acústica extraordinaria, una proeza técnica que aún sorprende a los visitantes con su capacidad para amplificar el sonido. Construido con piedras cuidadosamente talladas, este teatro es un monumento vivo a la ingeniería y la creatividad de la antigua Jerash.
Los templos de Jerash, dedicados a dioses y diosas venerados por los romanos, reflejan la devoción religiosa y la destreza arquitectónica de la época. El templo de Artemisa, con sus columnas corintias y su majestuosa presencia, evoca un sentido de reverencia y asombro entre quienes lo contemplan. Aunque algunas de sus estatuas han desaparecido con el tiempo, el templo sigue siendo un símbolo imponente de la espiritualidad y la cultura de Jerash.
Cada piedra, cada columna, cuenta una historia de grandeza y esplendor en Jerash, donde el pasado y el presente se entrelazan en un ballet arquitectónico que deslumbra a los visitantes. Los teatros y templos de Jerash son mucho más que simples estructuras de piedra; son testimonios vivientes de una era dorada de la historia, donde el arte, la religión y la arquitectura se fusionaron para crear un legado perdurable que sigue maravillando al mundo hasta el día de hoy.