Japón ha logrado un hito al convertirse en el quinto país en aterrizar exitosamente en la Luna, incluso si la nave está en una posición invertida. La Agencia Espacial Japonesa (JAXA) ha anunciado con razón que la misión SLIM ha sido un éxito, y examinaremos las razones detrás de este logro.
1Japón aterriza en el satélite por primera vez
La misión SLIM de Japón no solo buscaba ser la primera de su país en aterrizar en la Luna, sino que también tenía como objetivo probar un innovador sistema de aterrizaje con la precisión de un «francotirador», según lo expresado por la propia agencia espacial.
Los aterrizajes lunares suelen ser aproximados debido a las altas velocidades a las que tanto la Luna como los pequeños módulos de aterrizaje se desplazan. Es común que un módulo aterrice a varios kilómetros de distancia del punto previsto. En este contexto, el módulo SLIM japonés ha alcanzado su primer éxito al aterrizar a tan solo 55 metros de su objetivo. Antes de realizar el aterrizaje, mientras orbitaba la Luna, tuvo la capacidad de desplegar un satélite de la NASA, lo que añade otro logro destacable a la misión.
La imagen inicial de la noticia muestra que la nave SLIM ha completado un aterrizaje suave, evidenciado por su integridad intacta. Este hecho confirma el éxito del aterrizaje y subraya los avances significativos logrados por Japón en la exploración lunar.
No obstante, surgió un contratiempo en la misión, ya que SLIM aterrizó en una posición invertida, con la panza hacia arriba, debido a un problema en los motores de propulsión al momento del aterrizaje. Estos motores deberían haber girado la nave para lograr un aterrizaje vertical. La situación complicada radica en que, al quedar en esta posición, no pudo desplegar sus paneles solares, limitando su operatividad a unas pocas horas, la duración de la carga de la batería.
A pesar de este inconveniente, SLIM aprovechó eficientemente el tiempo disponible, desplegando los dos pequeños robots LEV-1 y LEV-2 que transportaba consigo.
Lo que destaca como un logro excepcional es la ingeniosa solución japonesa para enfrentar el desafío de desplegar los robots en una posición invertida. Los pequeños rovers, conocidos como LEV-1 y LEV-2, adoptan la forma de dos esferas del tamaño de una pelota de tenis, lo que les permite rodar en cualquier orientación. Al tocar tierra, estos robots despliegan sus instrumentos, incluyendo una cámara, como se muestra en la imagen adjunta.
La fotografía que inicialmente presentó un misterio encuentra su explicación: fue capturada por el robot LEV-2, que rodó algunos metros antes de su despliegue. Posteriormente, transmitió la imagen al robot LEV-1, quien se encargó de enviarla de vuelta a la Tierra. Este enfoque innovador demuestra la habilidad japonesa para adaptarse a los desafíos inesperados y encontrar soluciones creativas en el ámbito de la exploración lunar.
Este logro es significativo porque marca un hito: estos son los primeros robots lunares en la historia que operan de manera autónoma, prescindiendo de la necesidad de control desde la Tierra o desde el propio módulo de aterrizaje.
El siguiente paso para la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) será esperar a que el Sol se posicione de manera adecuada para iluminar los paneles solares en la posición actual. Los científicos japoneses confían en que, incluso estando en una posición invertida, el módulo de aterrizaje pueda operar durante algunas horas en intervalos regulares.
Como podemos observar, la misión SLIM de Japón ha experimentado un aterrizaje lunar inusual, en una posición invertida. Sin embargo, a pesar de este desafío, ha logrado varios éxitos notables que justifican plenamente la realización de la misión.