Estás destrozando el motor de tu coche cometiendo un error al conducir

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Muchos conductores, en un intento por ahorrar dinero ante el constante aumento del precio de la gasolina, han optado por conducir a bajas revoluciones del motor. Si bien esto puede generar un pequeño ahorro de combustible a corto plazo, mantener esta práctica puede causar graves daños y averías en el motor del coche. Conducir de forma prolongada a bajas RPM puede provocar un desgaste prematuro, sobrecalentamiento, pérdida de potencia e incluso daños completos del propulsor. En este artículo explicaremos en detalle por qué debes evitar manejar de esta forma si quieres preservar la salud mecánica y prolongar la vida útil del motor de tu auto.

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Inconvenientes adicionales en motores turbo y diésel

Los propulsores turboalimentados se resienten especialmente de rodar a bajas vueltas, pues sus componentes internos precisan una óptima lubricación a alta temperatura para funcionar, algo que no pueden tener si apenas giran. Los expertos advierten que este hábito puede reducir la vida del turbo incluso a la mitad (de 150.000-200.000 km a solo 70.000-80.000 km). Su sustitución ronda los 1.300 euros, a los que podrían sumarse daños colaterales. En cuanto a los diésel, sufren antes la obstrucción del filtro de partículas al no alcanzar los 600 °C requeridos para la combustión de hollín. Necesitar reemplazar el filtro tiene un coste aproximado de 800 euros. Pero si se llega a fracturar por exceso de presión, el precio se dispara.