Muchos conductores, en un intento por ahorrar dinero ante el constante aumento del precio de la gasolina, han optado por conducir a bajas revoluciones del motor. Si bien esto puede generar un pequeño ahorro de combustible a corto plazo, mantener esta práctica puede causar graves daños y averías en el motor del coche. Conducir de forma prolongada a bajas RPM puede provocar un desgaste prematuro, sobrecalentamiento, pérdida de potencia e incluso daños completos del propulsor. En este artículo explicaremos en detalle por qué debes evitar manejar de esta forma si quieres preservar la salud mecánica y prolongar la vida útil del motor de tu auto.
4Daños en la gestión térmica y anticontaminación
Los sistemas de control de emisiones y filtros de partículas del coche tampoco trabajan bien si el motor gira muy despacio de forma mantenida. No generan el calor necesario (usualmente por encima de 250°C) para quemar residuos y hollín, por lo que pueden obstruirse perdiendo capacidad de filtrar gases nocivos. Esto también deriva en mayor contaminación ambiental, por no poder eliminar sustancias como óxidos de nitrógeno o azufre. Algunas de ellas contribuyen al efecto invernadero y lluvia ácida.