Muchos conductores, en un intento por ahorrar dinero ante el constante aumento del precio de la gasolina, han optado por conducir a bajas revoluciones del motor. Si bien esto puede generar un pequeño ahorro de combustible a corto plazo, mantener esta práctica puede causar graves daños y averías en el motor del coche. Conducir de forma prolongada a bajas RPM puede provocar un desgaste prematuro, sobrecalentamiento, pérdida de potencia e incluso daños completos del propulsor. En este artículo explicaremos en detalle por qué debes evitar manejar de esta forma si quieres preservar la salud mecánica y prolongar la vida útil del motor de tu auto.
3Estrés para el coche y sus componentes
Diversos estudios señalan que circular muy frecuentemente por debajo de las 1.500 RPM puede hacer que el motor sufra hasta 3 veces más estrés mecánico y térmico. Esto se traduce en un desgaste prematuro de varios componentes del coche:
- Desgaste irregular en pistones y segmentos
- Mayor fricción en las bielas
- Fisuras en los balancines y árboles de levas
- Desajuste en la cadena/correa de distribución
Además, el aceite no llega a alcanzar los 80-90 °C ideales de trabajo, por lo que no lubrica en condiciones. Esto deja desprotegidas las piezas internas, acelerando su deterioro. Según datos de la Asociación Española de Lubricantes, 1 de cada 4 averías motor se relacionan con deficiente lubricación.