Muchos conductores, en un intento por ahorrar dinero ante el constante aumento del precio de la gasolina, han optado por conducir a bajas revoluciones del motor. Si bien esto puede generar un pequeño ahorro de combustible a corto plazo, mantener esta práctica puede causar graves daños y averías en el motor del coche. Conducir de forma prolongada a bajas RPM puede provocar un desgaste prematuro, sobrecalentamiento, pérdida de potencia e incluso daños completos del propulsor. En este artículo explicaremos en detalle por qué debes evitar manejar de esta forma si quieres preservar la salud mecánica y prolongar la vida útil del motor de tu auto.
1Cuidado con tu coche: Horquilla de revoluciones recomendada por tipo de motor
Como regla general, los expertos recomiendan conducir entre 2.000 y 4.000 RPM en motores gasolina, y entre 1.500 y 3.000 en diésel. Exceder muy a menudo estos límites del coche por arriba o por abajo suele provocar deterioros a medio/largo plazo. A ello hay que sumar que cada coche y motor puede tener sus peculiaridades. Por ello, es bueno consultar el manual del propietario para saber las revoluciones óptimas de trabajo. Lo que en un coche es efectivo para ahorrar, en otro puede ser contraproducente.
