Las protestas y las declaraciones en Francia que señalan a los agricultores españoles no han pasado desapercibidas, pero lo cierto es que en España el sector no está necesariamente en una mejor situación. Las medidas aplicadas por la comisión europea, en teoría motivadas por la necesidad de hacer del sector un sostenible, pero esto también se traduce en una mayor burocracia y exigencias para las ventas en Europa de productos agrícolas de la unión que de los importados.
Este aumento de la burocracia, según explican al diario Que! fuentes de ASAJA, ha hecho más complicado, más costoso y más lento el proceso de la producción de la materia prima en el país. Es una situación similar a la que asumen en Francia y Alemania, por los mismos motivos que se hacen evidentes al ver las medidas en Bruselas, y que llevan a los agricultores españoles a iniciar jornadas de protestas escalonadas, que no descartan que puedan culminar en un paro general si no cambia la decisión de la Comisión Europea.
Aunque para el país es una realidad compleja, es bueno recalcar que se iniciaría con paros y protestas escalonadas. Al mismo tiempo, para las instituciones y la ciudadanía se hace evidente que hay un reloj en cuenta atrás avisando de otra crisis.
Las medidas de Bruselas, mayores exigencias en cuanto a la contaminación que se puede permitir por insecticidas, las emisiones y el cuidado del suelo donde se trabaja. El problema, según explican en los documentos, es que se trata de medidas que no se exigen a los productos de otros territorios que se importan a Europa. Según explican directamente desde ASAJA países como Marruecos o Sudáfrica no tienen este tipo de exigencias para exportar sus productos al territorio europeo.
Es un mensaje que el presidente de la organización agraria, Cristoba Aguado Laza, ha querido enviar a los agricultores franceses. «Los enemigos de los agricultores europeos están en Bruselas, donde firman acuerdos comerciales con países terceros sin reciprocidad, sin estudios objetivos de impacto sobre el sector agrario europeo y sin suficientes garantías para evitar la introducción de nuevas plagas y enfermedades», sentencia en el comunicado sobre las nuevas protestas.
Este llamado a las calles, que empiezan el próximo martes en las grandes ciudades, sigue a las protestas de Francia, demostrando la molestia del sector en todo el continente. De hecho, en el país galo Emmanuel Macron ya ha hecho saber a los agricultores que tomará medidas para mejorar la situación en los próximos días, se esperan los anuncios el jueves, y desde las organizaciones agrarias nacionales se espera que el Gobierno intente mantener una conversación directa con su homólogo francés para enfrentar la situación.
Así lo señaló Aguado en el mismo texto, «todo el sector, incluido a los agricultores que no están asociados a ninguna organización agraria, que se vayan preparando y se sumen al calendario de protestas para levantar la voz de manera más unida, fuerte y eficaz», sentenció.
LAS PROTESTAS DE LOS AGRICULTORES EN ESPAÑA EMPEZARÁN LA SEMANA QUE VIENE
De momento, y con el silencio de Bruselas, los agricultores españoles han empezado con sus protestas. El primer gran llamado es el próximo martes en varias ciudades, sobre todo en Barcelona, pero también quiere decir que hay tiempo para que desde la Comisión Europea se tomen medidas para resolver la situación. La más evidente de ellas es, por supuesto, la exigencia de reciprocidad a los países fuera de la Unión Europea que exporten sus productos al territorio.
«Los agricultores luchan frente a un mercado desregulado que importa productos agrarios de terceros países a bajo precio que presionan a la baja los de la UE y a los producidos en España. Estas producciones extracomunitarias no cumplen las normativas internas de la UE y representan una contradicción e hipocresía en la actuación política de la UE, entre la política comercial y la política agraria común propia. Una competencia desleal que pone en jaque la viabilidad de miles de explotaciones en España y Europa», han subrayado ASAJA, COAG y UPA.
Asimismo, el sector va a exigir al Ministerio de Agricultura un observatorio sobre las importaciones y que se refuerce la batalla en Bruselas para exigir reciprocidad, mediante cláusulas espejo, en todos los productos agrícolas y ganaderos que entren al territorio UE. El Ministerio de Agricultura también debe trabajar con la AICA para que se facilite, de forma sencilla, que los agricultores y ganaderos puedan demandar un resarcimiento en sus ingresos cuando estén las sanciones publicadas.
UN PROBLEMA QUE SE ALARGA POR LAS CRISIS GLOBALES
La situación de los agricultores españoles sigue siendo delicada en buenos niveles por la suma de crisis globales. La compra de grano a Ucrania por encima de los montos habituales en apoyo al país por la invasión de Rusia, la sequía que puede repetirse en 2024 y la crisis en el consumo que ha venido de la mano de la inflación en los alimentos son problemas que han causado estragos para la agricultura.
Por tanto, es una crisis que se viene avisando a gritos. Que desde Bruselas y desde España no se haya hecho nada al respecto, prueba uno de los puntos que reclaman desde la organización: que desde las instituciones no se viven de cerca este tipo de crisis tan complicadas de asumir.
