Descubre la fascinante historia de Badia del Vallés, un pintoresco pueblo en la provincia de Barcelona, Cataluña, cuya disposición urbana es una réplica exacta del mapa de España. A tan solo nueve kilómetros de la bulliciosa capital catalana, este municipio esconde un secreto urbano sorprendente y cuidadosamente planeado. Contrario a lo que podría pensarse, la forma estratégica de Badía del Vallés no es producto del azar, sino el resultado de un proyecto visionario gestado en los años 60 por el Ministerio de Vivienda y ejecutado por el Instituto Nacional de la Vivienda.
En los albores de la década de 1970, se dio inicio a la construcción de 12.000 viviendas de tipo social en la provincia de Barcelona como parte de este ambicioso proyecto. Para materializarlo, se expropiaron extensas parcelas en los municipios de Sabadell, Cerdanyola del Vallès y Barberà del Vallès.
Las obras, que abarcaron finales de los años 60 hasta principios de los 70, dieron como resultado un diseño urbano único que replicaba la silueta de la Península Ibérica. Este peculiar municipio, conocido como Badía del Vallés, se erige como un testimonio arquitectónico y geográfico de una planificación que va más allá de lo convencional.
3El legado de un plan incompleto
La evolución de Badía del Vallés desde su concepción en la década de 1970 hasta convertirse en el Ayuntamiento más joven de Cataluña en 1994 está marcada por el legado de un plan incompleto. Aunque inicialmente se proyectó la construcción de 12.000 viviendas sociales en el marco del plan del Ministerio de Vivienda, la realidad fue diferente, y el municipio se encuentra actualmente habitado por alrededor de 6.927 personas. Las razones detrás de esta desviación del plan original son fundamentales para comprender la transformación de Badía del Vallés a lo largo de los años.
Diversos factores contribuyeron a la no realización completa del plan, entre ellos posibles limitaciones financieras, cambios en las prioridades gubernamentales o desafíos logísticos. A pesar de este ajuste, Badía del Vallés no solo se estableció como un asentamiento urbano único en su forma geográfica, sino que también se consolidó como un municipio con identidad propia.
Su designación como el Ayuntamiento más joven de Cataluña en 1994 señala el comienzo de una nueva etapa en la historia de este peculiar rincón catalán, que sigue atrayendo la atención por su forma única y su rica mezcla de influencias geográficas y culturales.