El permiso de conducir es sinónimo de independencia y autonomía. Nos brinda la extraordinaria capacidad de desplazarnos adonde queramos, cuando queramos. Representa libertad en estado puro, especialmente tras la jubilación, cuando se dispone de más tiempo libre para viajar. Sin embargo, nuestro cuerpo y mente también envejecen. Con los años pueden aparecer limitaciones físicas o cognitivas que acaben afectando peligrosamente nuestra forma de conducir. Por esta razón, la Dirección General de Tráfico (DGT) solicita a los conductores mayores de 65 años una serie de pruebas que, en caso de no superarlas, podrían costarte el carnet. A continuación te contaremos qué trámites debes realizar a partir de los 65 años para que la DGT no te quite la posibilidad de desplazarte en coche por tu propia cuenta.
3Una mayor longevidad no siempre significa una buena salud
Cierto es que la esperanza de vida no para de aumentar. Los avances médicos permiten llegar a edades muy avanzadas gozando de una salud envidiable que posibilita seguir conduciendo sin problema. Sin embargo, en muchos casos esos años de más vienen acompañados de múltiples dolencias crónicas que acaban pasando factura. Patologías cardiovasculares, diabetes, artrosis, osteoporosis, pérdida de visión y audición, demencias seniles… son sólo algunos ejemplos de enfermedades típicas del envejecimiento que pueden comprometer nuestras facultades físicas o mentales necesarias para conducir con total seguridad.