Javier Milei y Pedro Sánchez son dos caras de la misma moneda en Davos. Los presidentes de Argentina y España, recién investidos, no solo representan la derecha y la izquierda en Hispanoamérica, sino que sus figuras son controvertidas por sus apoyos y posiciones en asuntos clave. Sumado a la cercanía de sus discursos, es complicado no ver los puntos de comparación entre ambos, y el hecho de que tengan más puntos en común de lo que piensan.
En el caso de Milei está intentando consagrar su liderazgo en la derecha latinoamericana, apuntando contra figuras como Nicolás Maduro en declaraciones de redes sociales donde recuerda la crisis humanitaria en la que ha entrado Venezuela durante el gobierno del sucesor de Hugo Chávez en la presidencia, de hecho celebró ser criticado por él. Mientras tanto, Pedro Sánchez ha aprovechado la oportunidad para reunirse con medios de comunicación internacionales, señala a la «ultraderecha» y reunirse con varias empresas españolas aprovechando su viaje a Suiza.
Pero lo llamativo es que dos figuras que se paran en extremos opuestos del espectro político aprovechen la oportunidad de señalar a los enemigos, la ultraderecha o el socialismo, dependiendo del caso. Mientras que hablaron con medios internacionales y saltaron a las redes sociales para darle más alcance al mensaje que llevaban al foro suizo.
También ha sido una buena oportunidad para ver las diferencias de estilo de ambas partes. Mientras que el argentino dio su discurso a solas, algo que hasta sus opositores asumen se le da bien, el presidente del Gobierno de España lo ha hecho en formato de entrevista, aunque por supuesto con la idea de presumir los logros económicos de la «moto» que maneja de nuevo tras los resultados electorales del 23 j.
Lo cierto es que son dos líderes a los que es interesante comparar, precisamente por sus diferencias. Aunque ambos son criticados y ambos han asumido el cargo con protestas en la calle, analizar su paso por el foro económico de Davos es también una forma de ver de frente la polarización política global en que España, Argentina y buena parte de occidente están enfrascados hace años.
MILEI ASEGURA QUE EL «COLECTIVISMO» ES EL ENEMIGO DE OCCIDENTE
Lo cierto es que aunque tardó en usar la palabra socialista, Javier Milei señaló muy de frente al tipo de líderes que consideraba los más dañinos del mundo occidental durante su discurso. Además, ha aprovechado para, con todas sus letras, defender las bondades del capitalismo de libre empresa.
«La conclusión es obvia. Lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa como sistema económico es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho de todo el planeta. La evidencia empírica es incuestionable», ha sostenido en su discurso, pero lo cierto es que no se quedó allí apuntando directamente contra lo que consideraba puntos clave de la agenda 2030.
«El problema esencial de Occidente hoy es que no sólo debemos enfrentarnos a quienes, aún luego de la evidencia empírica abrumadora, siguen bregando por el socialismo empobrecedor, sino también a nuestros propios líderes, pensadores y académicos, que amparados en un marco teórico equivocado, socavan los fundamentos del sistema que nos ha dado la mayor expansión de riqueza y prosperidad de nuestra historia», ha comentado.
No obstante, Milei ha asegurado que cada vez son más los que se atreven a levantar la voz, porque ven que si no combaten frontalmente estas ideas, el único destino posible es «más Estado, más regulación, más socialismo, más pobreza, menos libertad y, en consecuencia, peor nivel de vida».
SÁNCHEZ SE PREOCUPA POR EL CRECIMIENTO DE LA «EXTREMA DERECHA» EN DAVOS
Mientras tanto, el presidente del Gobierno de España apuntó una vez más por varios de sus puntos de discurso de los últimos años. Pedro Sánchez no es un novato en el foro, aunque es verdad que esta vez el inicio de su legislatura fue más convulso de lo usual debido a las complejidades de la ley de amnistía.
«España es un paraíso para aquellas empresas que quieran prosperar a través de la innovación, el talento, la energía limpia y barata, la estabilidad institucional e infraestructuras de primera línea. Para las empresas que quieran enriquecerse creando valor real y pagando un nivel justo de impuestos. Damos la bienvenida con los brazos abiertos a esas empresas», ha señalado el presidente durante su intervención.
Pero tampoco ocultó la preocupación por algunos avances tecnológicos inesperados en los últimos años. «Tenemos que escuchar estos temores, tenemos que prestar más atención a las preocupaciones de nuestros trabajadores, nuestros jóvenes, nuestros empleados, los ancianos, y menos atención a las promesas vacías de algunos gurús del Silicon Valley a los que les interesa más conseguir seguidores o trepar por la lista Forbes que el verdadero progreso de la humanidad», ha sentenciado.
