La realidad política evidentemente tiene un efecto permanente en las decisiones sobre los diferentes servicios de Renfe. Pero en particular el caso de Cercanías se ha vuelto un punto clave de discusión debido a la supuesta concesión de Rodalies a la Generalitat pactada entre los acuerdos del PSOE y ERC. Lo cierto es que desde que apareció el acuerdo el discurso de los socialistas ha incluido en varias ocasiones la posibilidad de traspasar el servicio de Cercanías a la gestión autonómica de las comunidades donde está funcionando.
También es verdad que a nivel político no es una mala noticia para el Gobierno central quitarse del medio las críticas al servicio de Cercanías. Justa o injustamente el manejo de cercanías siempre los ha puesto en el blanco de las redes sociales y ha servido como arma arrojadiza en diferentes comunidades autónomas como Madrid o Andalucía. Al mismo tiempo, el que las comunidades asuman el servicio requerirá cambios en sus presupuestos, manejar la relación con los trabajadores, que en Cataluña ya demostraron que esperan mantener las condiciones y la relación con Renfe que han tenido hasta ahora.
Aun así primero Andalucía, donde el PSOE ha pedido que se revise a fondo la posibilidad a través de una proposición no de ley, que se revise a fondo la posibilidad del traspaso del servicio, opción a la que el PP se ha mostrado abierto y ahora en Madrid, donde Juan Lobato repitió la misma posición, aunque por supuesto tras defender la labor de Óscar Puente.
«Yo soy muy favorable a que eso se estudie para ver la opción de que la Comunidad de Madrid no sea la titular del servicio, que es estatal, pero sí que pueda pasar a tener la gestión, al menos, de toda la conexión y todo el servicio, de una forma integrada con el resto de servicios de la Comunidad de Madrid», explicaba Lobato en una reciente entrevista con Europa Press. Es una prueba de un cambio de discurso general tras la salida de Raquel Sánchez del ministerio.
Es que si hay una voz que apunte a que esto es un cambio general de posición en cuanto a cómo manejar estos cambios en el servicio es el del propio ministro de Transporte Óscar Puente. «Claro, si se rompe España por cederle las cercanías a Cataluña, pues no sé si se va a romper un poquito, más si las cedemos a Andalucía, pues a lo mejor es que no se rompe, a lo mejor es que forma parte de una gestión descentralizada de país», decía en sus primeras semanas en el cargo tras un comentario de Juanma Moreno en el que se abría a la posibilidad de traspaso.
Al mismo tiempo, la decisión seguramente no sería demasiado aplaudida por los socios independentistas de Cataluña. Ya desde Junts, irónicamente no mencionados en el acuerdo del traspaso de Rodalies, se ha preguntado al Gobierno cuantas comunidades realmente querían el traspaso del servicio y se ha señalado a Sánchez por aplicar una medida que simplemente se resumen en «café para todos», como lo describió el portavoz de Junts, Josep Lluís Cleries.
UN TRASPASO QUE CAMBIARÍA A LOS CULPABLES DE LOS PROBLEMAS DE CERCANÍAS
Dado que la gestión del Ministerio empezó con varios descarrilamientos del servicio de Cercanías en Madrid y que en las comunidades donde funciona los problemas del servicio siempre terminan siendo amplificados por los reclamos de los usuarios de las redes, no es ilógico que desde el Gobierno se busca que la gestión quede en manos de las Comunidades Autónomas, sobre todo en algunas que no gobiernan.
Tampoco es útil la reacción del nuevo ministro cuando se le han hecho este tipo de reclamos desde las comunidades, sobre todo desde Madrid. Esto de hecho llevó a un choque con Isabel Díaz Ayuso, a la que señaló por la tala de árboles realizada para terminar la expansión de la línea 11 del metro de la capital, pero no quiso hablar de los evidentes problemas que los usuarios del servicio de Renfe asumen todos los días.
EL FUTURO DE CERCANÍAS SEGÚN EL PSOE
Aunque el traspaso de Rodalies y la gestión de Óscar Puente han puesto la opción sobre la mesa, la entrevista a Lobato recuerda que no es primera vez que el PSOE se plantea la opción. Según recuerda el líder del partido en la comunidad de Madrid, la opción de un traspaso se presentó incluso en su plan de gobierno de las últimas elecciones autonómicas el pasado 28 de marzo, por lo que no ve la posibilidad como un gran problema.
Según Lobato, esto buscaría que los ciudadanos pudieran dirigirse al CRTM para ver cómo llegar a su destino y este le pudiera decir «coja usted un patinete, porque ha puesto que puede usarlo, se baje aquí, coja el Metro, luego el Cercanías y logrará un tiempo récord y mínimo coste». Para poder vertebrar esto, entiende el secretario general del PSOE-M, se requeriría que el servicio de Cercanías «esté gestionado en esa interconexión modal por parte de la Comunidad de Madrid».
Pero más allá de las decisiones específicas de cada comunidad, es importante que el servicio funcione como se espera. La puntualidad y la seguridad del Cercanías son claves para el día a día de muchos ciudadanos, por lo que es de esperarse que tanto el PP como el PSOE apunten a nuevas opciones para manejar la situación.