La ley de vivienda trae consigo consecuencias graves para la economía, mientras el Gobierno mira para otro lado a pesar de las advertencias. La medida tenía como objetivo facilitar el acceso a la vivienda a las familias vulnerables, con una presión añadida sobre los propietarios, pero el mercado ha actuado para protegerse y complica aún más el acceso a un alquiler accesible. La oferta está completamente estrangulada, apenas hay anuncios a precios razonables y los que hay desaparecen en cuestión de minutos. Las agencias inmobiliarias, de hecho, se están reinventando para tratar de abrir nuevas líneas de negocio.
Pero existe un problema añadido. Tal y como pone de manifiesto Juan Carlos Higueras, doctor en economía y profesor en la EAE Business School, a preguntas de QUÉ!, la realidad es que la dificultad de hacer cambios en los contratos de forma oficial ha hecho que muchos de ellos se hagan fuera de los circuitos habituales. La mayoría de las veces se llevan a cabo modificaciones, e incluso en el contrato inicial, se hace «en negro», sumando a la economía sumergida que ya es problemática para la recaudación se vuelca cada vez más normal.
Es un riesgo para los propietarios, por supuesto, que pueden recibir una multa de hasta el 150% de los ingresos obtenidos por el arrendamiento, pero el riesgo es asumible ante uno mayor, como el impago del inquilino. Aun así, la necesidad de tener un techo sobre la cabeza, o bien de hacer que una propiedad genere ingresos, a veces empujan a tomar decisiones de este tipo para tratar de encajar algunas situaciones debido a los duros requisitos de la ley, o bien las exigencias que los propietarios han sumado al alquiler desde que se ha aprobado la ley en el mes de mayo.
«Al final no proteger al propietario afecta al inquilino», sentenciaba hace unas semanas Higueras en conversación con Diario Que! y los datos le dan la razón. En los últimos dos años la oferta de vivienda en alquiler ha disminuido alrededor de un 30%, y eso ha subido los precios un 10%. Sumado al problema de empleo, que además complica la situación de una parte importante de los inquilinos españoles más jóvenes, que deben enfrentar contratos más exigentes con una situación de empleo cada vez más inestable, también a pesar de la ley de empleo aprobada por el Gobierno.
Dado que antes de terminar la anterior legislatura la exministra de Ministra de Transportes, Movilidad y. Agenda Urbana de España, Raquel Sánchez, dejaba claro que estos cuatro años la vivienda era un punto clave a resolver, sería importante seguir de cerca las próximas acciones del Gobierno para enfrentar la situación.
EL ALQUILER CLANDESTINO EN ESPAÑA
Según datos del IRPF de 2021, en España había unas 550.000 viviendas en alquiler clandestino en el país, es decir, alquiler sin contrato. Es un problema claro en cuanto a la recaudación de impuestos que no se consigue de este tipo de espacios, pero es peor aún si se considera la complicada situación en la que quedan tanto los propietarios como los inquilinos de estos pisos, y los efectos negativos que pueden tener en su vida al no tener la protección de un contrato.
Este número apunta a seguir aumentando con la nueva ley, según el análisis de Higueras. En cualquier caso, ya se ha demostrado que tienen razón en cuanto a que sigue disminuyendo la compraventa registrada. Las compraventas de vivienda inscritas descendieron en noviembre de 2023 un 14,9% sobre el mismo mes del año anterior, señala el Colegio de Registradores en su Estadística Registral Inmobiliaria.
Los registradores explican que las compraventas totales cayeron de nuevo en el onceavo mes del año respecto al mismo del año anterior, con lo que se acumulan doce meses consecutivos de caídas, después de crecimientos habituales desde marzo de 2020.
POCAS SOLUCIONES INMEDIATAS AL PROBLEMA DE LA VIVIENDA Y EL ALQUILER
Lo cierto es que no hay una solución inmediata a ninguno de estos problemas. En cualquier caso, es evidente que la situación no se puede resolver de un día para otro a golpe de leyes nuevas o decretos. Sí que es evidente que la construcción de viviendas de gestión pública es importante para resolver la situación, como lo señalaba Higueras hace semanas, pero también es clave que no es suficiente.
Pero a pesar de la evidente crisis de la vivienda, es importante no caer en el alquiler clandestino, al menos si se puede evitar. No es solo los problemas que genera en cuanto a recaudación, sino los riesgos a los que somete a ambas partes. Aun así, si el dato ha empeorado es por la presión que genera una ley que deja olvidados a los propietarios.