Marsella es un destino perfecto para los amantes de la arquitectura, el arte y la gastronomía. En el puedes encontrar numerosos lugares escondidos a simple vista que deslumbran. Aunque es una ciudad grande se puede visitar lo más importante en un solo día. Mi recomendación es coger un vuelo muy temprano para llegar sobre el amanecer.
Allí lo primero que debes hacer ir a panadería o pastelería a disfrutar de los croissants franceses que te ayudará a llevar el día. Más tarde, al ser un viaje tan corto te recomiendo que no hagas turismo por tu cuenta porque puedes perderte lugares alucinantes y contrates un freetour, el responsable te enseñará toda la cuidad en 2 horas y te contará historias y tradiciones que no conocerías.
Además te recomendara nuevos sitios para visitar o bares para disfrutar de buena comida francesa. Con esa visita ya habrás visto la catedral de Marsella, el puerto y las grandes vistas que se admiran desde un mirador, aunque esto último te recomiendo hacerlo por la noche debido a que se ve toda la ciudad iluminada.
Por la tarde, pasea y descubrirás plazas y calles merecidas de ver y si tienes tiempo disfruta de un crepe, comida típica de allí.
Acaba tu día yendo a cenar a restaurantes cerca del puerto que es donde se encuentran los bares para las personas trasnochadoras donde podrás disfrutar de música francesa pero también inglesa y española, aunque a ciertas horas hay que tener cuidado al ser una ciudad peligrosa.