Habiendo superado la sorpresa de la victoria del economista Javier Milei en las elecciones de Argentina, el mundo ha ido viendo y midiendo las primeras reacciones del presidente recién electo. Lo cierto es que sigue siendo una figura cuando mínimo controvertido, su plan de choque, criticado y aplaudido a partes iguales, dependiendo de a quien se le pregunte, y en su país además se apunta en su dirección para hablar de medidas de control de protesta por sus declaraciones sobre quienes se le oponen en las calles.
Es que desde su toma de posesión el presidente anuncio que no permitiría cortes de calle, y en los últimos días, tras ver la reacción en la calle contras sus medidas de choque, ha anunciado que endurecerá las sanciones contra las protestas hechas sin autorización. Es una situación delicada, que suma una nueva situación inestable en un continente que permanentemente está lleno de ellas.
No ayuda que su figura ha sido usada como ejemplo de la «ultraderecha» por buena parte de los gobiernos de izquierda del continente. Lo cierto es que jefes de estado como el venezolano Nicolás Maduro, el mexicano Andrés López Obrador y el colombiano Gustavo Petro lo han señalado como una figura dictatorial. Para ellos, un gobierno exitoso del argentino sería una noticia catastrófica, y, en cambio, las imágenes de las protestas y sus amenazas a quienes salen a la calle son específicamente lo que quieren ver del nuevo Gobierno.
En realidad es algo que se repite con la izquierda española. Después de todo, la vicepresidenta de Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, describió su victoria como «un día triste para la democracia». Una posición que puede complicar las relaciones entre ambos países a largo plazo y que se hizo evidente cuando el rey fue a la juramentación de Milei sin compañía del Gobierno.
Es cierto que el propio Milei ha querido usar algunos de estos Gobiernos como ejemplo de lo mal que están las cosas, pero no es que sea una comparación complicada. El ejemplo que más usa es el de Venezuela bajo el control del chavismo, específicamente por la cercanía de los gobiernos de Chavez y Maduro con los Kirchner y el desastre humanitario que ha sido el país bajo ambos gobiernos. Tampoco es que sea una comparación complicada entre la dictadura venezolana y los gobiernos previos de Argentina, después de todo ambos países son los únicos que han enfrentado hiperinflación este siglo en el continente.
Aun así, es complicado no preocuparse por la situación de Argentina. Las medidas tendrán un efecto negativo en los argentinos, al menos en un principio, así lo ha aceptado el propio Milei y esto sin duda mantendrá vivas las protestas en un principio. Si él tiene razón, habrá una recuperación posterior salida de la liberalización del mercado, pero las propias protestas pueden hacer que esto sea complicado.
LA ARGENTINA DE MILEI Y LA INFLACIÓN
El primer síntoma de la crisis argentina, y quizás el dato que le permitió vencer en las elecciones al exministro de economía Sergio Massa, es que la inflación interanual hasta el mes de noviembre es de 160%. Es uno de los peores datos del mundo, en comparación el Gobierno y la población de España se alertaron por qué la inflación superó el 6%, por lo que tiene sentido que el país haya apostado por un cambio radical.
Pero de momento la prevención de 2024 no ha mejorado mucho. El próximo año la inflación podría superar el 200% a mediados del año debido a las medidas que el nuevo presidente ha considerado necesarias para eventualmente estabilizar el dato. Aun así, es posible que la estabilización no tenga un efecto directo en la población, al menos hasta 2026. De hecho, según datos de la consultora económica argentina ABECEB el año que empieza terminará con una contracción de 1.3%.
CONVOCATORIA A HUELGA EN ARGENTINA
El portavoz del Gobierno de Argentina, Manuel Adorni, ha tildado de «llamativa» la convocatoria por parte de la Confederación General del Trabajo (CGT) –el principal sindicato de Argentina– de una huelga general el próximo 24 de enero de 2024 para protestar contra el plan de choque neoliberal del Gobierno del ultraderechista Javier Milei, el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).
En su rueda de prensa de este viernes, Adorni ha apuntado que desconoce un precedente en el que se haya convocado un paro general «de manera tan rápida» desde la asunción de un nuevo Gobierno. Cabe tener en cuenta que esta cita tendrá lugar cuando el Ejecutivo de Milei lleve apenas un mes al frente de Argentina.
Además, ha recordado que la CGT no ha hecho grandes movilizaciones desde 2019, antes de la llegada al Gobierno de Alberto Fernández, pese a que considera que tenían motivos para una huelga. Entre otros, ha sostenido que en los cuatro años del anterior mandato, los argentinos han perdido gran parte del poder adquisitivo, con una inflación que se encuentra en los tres dígitos, y el escenario laboral está marcado por la informalidad.