La Dirección General de Tráfico (DGT) ha presentado un ambicioso plan para incrementar de forma significativa el número de radares en las carreteras españolas durante los próximos tres años. Esta medida se enmarca en la nueva estrategia de la DGT para reducir la siniestralidad, que en el último año registró un preocupante repunte tras casi una década de descensos consecutivos. Según ha explicado en rueda de prensa la subdirectora adjunta de Circulación de Tráfico, María José Aparicio, el plan prevé la instalación de 150 nuevos radares de última generación. Más del 80%, exactamente 126 de estos nuevos dispositivos, se ubicarán en carreteras convencionales: aquellas vías de doble sentido de circulación y un único carril para cada sentido. A continuación te contaremos todo lo que se sabe de esta tecnología y su ubicación.
6Minuciosa calibración anual que certifica la máxima fiabilidad
Igual de importante que la tecnología empleada es garantizar en todo momento la plena fiabilidad de las mediciones. Para ello, todos los radares fijos son calibrados anualmente de forma meticulosa y certificada por laboratorios del Instituto Nacional de Metrología. El objetivo es asegurar que funcionen dentro de los márgenes de error legalmente establecidos y con total precisión antes de ser puestos de nuevo en servicio. De esta forma se garantiza que las sanciones respondan única y exclusivamente a infracciones reales, y nunca a fallos técnicos en la medición. Esta precisión e imparcialidad en el funcionamiento de los radares es una máxima primordial para la DGT.