Todo tiene un principio y un final, y esto incluye el eventual término del mundo tal como lo conocemos. Es un conocimiento básico, transmitido a cualquier estudiante: el día llegará en que el Sol agote su energía y el Sistema Solar dejará de existir en su forma actual. Los científicos, utilizando principios fundamentales de la astrofísica, han estimado que este evento está programado para ocurrir dentro de aproximadamente 7.590 millones de años. Además, es importante reconocer que incluso el Universo en sí tendrá un final en algún punto futuro.
La incógnita sobre el destino final de la humanidad se erige como uno de los misterios más persistentemente indagados por la especie humana. A lo largo de la historia, diversas comunidades, entre las que destacan los Mayas, han intentado desentrañar este enigma, aunque hasta ahora ninguna profecía ha logrado prever con precisión este desenlace.
1Cuándo y por qué nos extinguiremos los humanos
De acuerdo con las observaciones de astrónomos, el eventual fin de la Tierra desde una perspectiva física estaría vinculado a los cambios que experimentaría el Sol en su evolución estelar en el vasto universo. La influencia del Sol sobre nuestro planeta sería determinante para prever el momento en que la vida en la Tierra llegaría a su término. Según los cálculos de expertos en astronomía, aproximadamente en unos 5.000 millones de años, el Sol agotaría su reserva de hidrógeno, desencadenando su transformación en un imponente gigante rojo que se expandiría y engulliría a los planetas interiores, incluyendo la Tierra.
Desde esta perspectiva, se podría contemplar el fin de la Tierra como un hábitat propicio para la vida en la forma que conocemos actualmente. Sin embargo, es crucial destacar que esta predicción en el universo se sitúa en un horizonte temporal tan distante que no tiene un impacto inminente en la humanidad actual. A lo largo de la historia, la Tierra ha sido testigo de eventos catastróficos, como impactos de asteroides, erupciones volcánicas y cambios climáticos, que han alterado la vida en nuestro planeta. Los científicos y expertos se dedican a monitorear los posibles riesgos asociados con tales fenómenos, subrayando que la probabilidad de que ocurran en un periodo breve es baja.
