Que haya visto un contrato de alquiler sabe que la vivienda siempre iba a ser uno de los grandes retos del nuevo Gobierno, sin importar quién consiguiera la victoria en las últimas elecciones. Aun así, el hecho de que el PSOE liderado por Pedro Sánchez repita en el Gobierno hace que el problema sea no solo su responsabilidad, sino que tras 5 años gobernando empieza a ser también su culpa. Por eso la noticia que tras el límite de tiempo marcado por la ley de vivienda, en el que solo se podía aumentar el precio un 2% del contrato original, se permite un nuevo aumento, ha caído como un balde de agua fría a los inquilinos.
Es cierto que el aumento sigue estando limitado a un 3% sobre el precio actual de alquiler según cada contrato, lo que podría llegar a sumar un 5% de aumento total en los últimos meses. Es suficiente para que la vivienda consiga lo peor de los dos mundos, una limitación en el alquiler que puede hacer que haya menos propietarios dispuestos a hacer contratos y la posibilidad de una subida de precio suficientemente alta para que sea dolorosa.
A esto se le suma que en promedio los trabajadores muchas veces dejan 40% o más de su sueldo en el alquiler, cuando el monto ideal debería estar alrededor del 30% o 33%, es decir, un tercio de los ingresos. En España, sobre todo en ciudades como Madrid o Barcelona, este porcentaje puede incluso superar el 50% de los ingresos en ocasiones, un dato más que preocupante. Es complicado saber cuál es la solución exacta, pero es evidente que de momento no se ha hecho lo suficiente.
La realidad es que las medidas que de momento se han tomado para afrontar esta realidad no han funcionado. Son cada vez más los ciudadanos que viven en un piso alquilado, un 18% de los españoles en comparación con el 12% que lo hacía en 2011. Los motivos son varios, desde más pisos en menos manos, pasando por lo complicado que es para los jóvenes comprar un piso o una casa. Es una situación que parece hacerse un poco peor todos los días sin una respuesta clara de las autoridades.
De momento es cierto que se está tomando al menos una de las medidas clave para bajar el precio del alquiler: Aumentar el parque público de vivienda, pero aun si esto ayuda, lo cierto es que mientras siga siendo complicado, comprar un sitio donde vivir en las grandes ciudades, y estás sigan siendo el sitio en el que hay que estar para los empleos profesionales, seguirá siendo un problema recurrente.
LOS CAMBIOS EN LA LEY DE VIVIENDA QUE AFECTAN EL ALQUILER
Aunque de momento se ha marcado la cifra de 3% anual, lo cierto es que el Instituto Nacional de Estadística debería dar un nuevo índice exacto de cuánto y en qué condiciones se pueden cambiar los costos de arrendamiento. Según la ley hay varios factores que el INE puede tener en cuenta, desde la superficie hasta la cantidad de inmuebles que tenga el propietario que ofrece la vivienda para arrendamiento.
Lo que no se menciona, aunque las comunidades autónomas han mostrado que lo tienen presente, es que hacer con los pisos de alquiler turístico. Esta modalidad, popularizada por aplicaciones como Airbnb, han sido parte de los motivos que han disparado los precios del alquiler, y se ha notado en momentos como la pandemia, cuando estos desaparecieron temporalmente. No es casual que incluso ciudades que presumen de abrirse a nuevas opciones de negocio, sean otro reto para el nuevo Gobierno, y para la nueva ministra.
UNA NUEVA MINISTRA Y NUEVOS RETOS EN LA VIVIENDA
Dados los comentarios finales de Raquel Sánchez como Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de España, donde aseguraba que la vivienda sería una parte clave de la nueva legislatura, es evidente que su sucesora en vivienda y agenda urbana tras la división de ministerio, Isabel Rodríguez, tiene una labor delicada. Lo cierto es que es un trabajo especialmente visible, y, por tanto, desgastante, después de todo es fácil tener un nombre que señalar cada vez que aumente el costo de alquiler o que sea imposible.
Sin duda esta será su principal responsabilidad mientras esté en el cargo. Con cada vez más problemas para acceder a la vivienda, y la edad de la famosa «independencia» en aumento permanente por lo complicado de asumir el costo de un alquiler, y más aún el de la compra de una nueva. De hecho, según datos de ‘El Confidencial‘ la mayoría de los dueños de varias viviendas tienen alguna de ellas por herencia, o la compraron antes de 2016.