El Gobierno de España ha anunciado recientemente algunas medidas que va a comenzar a implementar a partir del año que viene. Una de las más destacadas es que el IVA de la electricidad subirá del 5 al 10%.
El ejecutivo ha tomado esta decisión tras las presiones de la Unión Europea, que solicita desde hace tiempo reducir el gasto público y afrontar una etapa más contenida en el gasto tras los años de pandemia. Hay que recordar que cuando España redujo este IVA energético al 5% lo hizo estando en el 21%, por lo que la futura subida todavía es más baja que en los tiempos previos al Covid-19.
En relación a estas medidas, otra que dejará de tener vigor desde inicios de 2024 será la excepción ibérica o el tope al gas. En principio, esto no afectará negativamente a los consumidores, pues no se utiliza desde hace casi un año debido a que los precios del gas ya no son tan altos como cuando comenzó a operar.
Con todo esto, es probable que los españoles comiencen a pagar más por la electricidad. Y es que, a pesar de que el conflicto ruso-ucraniano ya no afecta de manera tan directa al sector energético, el iniciado en Oriente Próximo en octubre ya sí está pasando factura a la energía, con el cierre de algunos yacimientos de gas natural y la subida en el precio del petróleo.
A nivel doméstico los consumidores solo podemos confiar en que los Gobiernos asuman parte de este encarecimiento de la energía y comenzar con hábitos sostenibles en el uso de electrodomésticos.
Medidas de ahorro con el frigorífico
El frigorífico es un electrodoméstico que siempre está encendido, pero no es de los que tiene un consumo más alto. Aun así, hay opciones para mejorar su eficiencia. Una de las más exitosas es no colocarlo cerca de fuentes de calor o en lugares soleados.
Con respecto a la temperatura de uso, lo mejor es que la nevera esté a 5 grados centígrados y el congelador a 18 grados bajo cero. Y aunque no sea una práctica propia del frigorífico, no introduzcas alimentos calientes en su interior. Otra opción es descongelar alimentos directamente en la nevera, para así mantener el frío sin consumir electricidad.
Una recomendación extra es abrir y cerrar este electrodoméstico solo cuando sea necesario y llevar un mantenimiento periódico para retirar la escarcha en caso de que sea un frigorífico no frost. Finalmente, no sobrecargues la nevera en exceso, deja algo de espacio entre los alimentos para que las corrientes de aire se muevan con libertad.
¿Cómo utilizar la lavadora?
Otra forma de ahorrar energía con los electrodomésticos es utilizar bien la lavadora. Este aparato sí tiene un consumo más alto, aunque se utiliza menos que el frigorífico. En este caso, realiza lavados a temperatura baja, unos 40 grados, y carga el tambor casi al completo, al menos tres cuartas partes.
Si tienes una lavadora que se puede programar, configúrala para que funcione en las horas en las que la tarifa de la luz es más barata. Igualmente, selecciona programas de lavado bien definidos para la suciedad que tiene la ropa.
Por otra parte, muchas lavadoras modernas son regulables también para el centrifugado, lo que permite seleccionar velocidades de entre 800 y 1.000 RPM que son suficientes para obtener un resultado exitoso.
La caldera de gas
En invierno otro aparato que consume mucha electricidad, o energía, es la caldera de gas. Aquí la medida más eficaz es regular el agua que entra en el calentador de gas y configurar una temperatura agradable para el baño pero que no sea excesivamente alta.
Una temperatura que resulta válida para el agua caliente sanitaria y la calefacción es la horquilla entre 65 y 70 grados. Así los radiadores están suficientemente calientes y transmiten calor residual a los espacios interiores. El termostato de la calefacción no deberá superar los 21 grados durante el día y situarse entre los 15 y los 17 grados por la noche.
No olvides tampoco llevar un mantenimiento periódico de la caldera, con profesionales acreditados para ello, y dejarse asesorar por estos expertos, siguiendo sus consejos en el uso diario.
El aire acondicionado y la climatización
Aunque parezca un poco raro hablar de aire acondicionado en invierno, estos aparatos son en realidad un sistema de climatización, de modo que se pueden usar también como dispositivos para no pasar frío.
En los meses más fríos puedes programar la temperatura interior a unos tres grados por encima de la del exterior y encenderla tres horas antes de la caída de la tarde, cuando el sol ya no calienta lo suficiente los edificios.
Llegarán tiempos de apretarse el cinturón en relación con el consumo eléctrico, porque el precio de los suministros básicos va a subir. Pero si sigues las prácticas indicadas, no solo ahorrarás en la factura de la luz, sino que estarás contribuyendo a generar un menor impacto ambiental.