No tienes que irte muy lejos para visitar un pueblo nevado estas Navidades

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En esta temporada festiva, el deseo de sumergirse en el encanto invernal de un pueblo nevado puede parecer una fantasía lejana en España, un país que generalmente se asocia con un clima más cálido. Sin embargo, aunque las nevadas abundantes son escasas, existen rincones mágicos en el interior de la Península que transforman el paisaje en auténticas postales navideñas. Descubrir estos destinos es todo un desafío, pero no es necesario viajar a grandes distancias para vivir la experiencia de caminar sobre un manto blanco durante las vacaciones.

Hoy te invitamos a explorar diez encantadores pueblos distribuidos en diferentes provincias de España, donde la nieve se convierte en un regalo de la temporada. A pesar de que nuestro país no sea conocido por albergar estas estampas invernales, estos destinos te ofrecen la oportunidad de disfrutar de unas Navidades verdaderamente mágicas. Así que prepárate para descubrir la magia invernal que aguarda en los rincones más sorprendentes de nuestra geografía.

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El Castell de Guadalest en Alicante

El Castell de Guadalest en Alicante

El Castell de Guadalest, una joya de la Marina Baja en Alicante, se revela como uno de los pueblos con nieve más hermosos de España, demostrando que la provincia va más allá de sus encantadoras playas. La ubicación geográfica de esta villa en lo alto de una colina, dominada por el imponente Castillo de San José del siglo XI, construido por los musulmanes, otorga a los visitantes una vista panorámica impresionante. Llegar a Guadalest es un viaje que ofrece paisajes inolvidables, con carreteras sinuosas que serpentean a través de montañas y valles, anticipando la maravilla que aguarda en este rincón de la provincia.

Además de la fortaleza histórica, Guadalest alberga la Casa Orduña, la iglesia parroquial renacentista de Nuestra Señora de la Asunción y el Castillo de la Alcozaiba, una torre que se yergue cercana al Castillo de San José, la historia palpita en cada rincón de Guadalest. La mejor época del año para visitar este tesoro de la Marina Baja varía, pero durante el invierno, cuando la nieve tiñe de blanco sus callejones empedrados, Guadalest se transforma en un escenario de cuento de hadas.