Lo ocurrido con Google es un aviso para que cambies la forma de guardar tus archivos 

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Es cierto que Google, como una de las principales empresas de tecnología a nivel mundial, está constantemente en el centro de la atención mediática. Su influencia en diversos aspectos de la vida cotidiana, desde la búsqueda en línea hasta el desarrollo de tecnologías innovadoras, asegura que cualquier cambio, anuncio o desafío que enfrenta la compañía a menudo se convierta en noticia.

Durante un extenso período, Google brindó un servicio de almacenamiento ilimitado a través de sus servicios en la nube. Aunque no resultaba económico y estaba exclusivamente destinado a clientes con cuentas corporativas, constituía una alternativa para aquellos individuos o empresas dispuestos a realizar una inversión significativa a cambio de liberarse de las restricciones de almacenamiento.

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Google era su propia copia de seguridad

Si alguien se pregunta si Tim Burke contaba con copias de seguridad, la respuesta es afirmativa: Google constituía su principal respaldo. Aunque sus archivos también se encontraban en unidades de almacenamiento local, estas están actualmente bajo la custodia del FBI, que ha comunicado que no los devolverá.

El caso de Burke, con el FBI confiscando sus dispositivos, es extremo, pero fácilmente extrapolable a situaciones más comunes. Un incendio, un incidente fortuito o incluso una pérdida simple podrían resultar en la desaparición de los archivos locales, dejándonos a merced de las copias respaldadas en la nube, para quienes las tengan.

Sin embargo, cada vez se evidencia más que depender exclusivamente de la nube conlleva riesgos, y esto no solo es responsabilidad de los usuarios. La decisión de Google de eliminar gradualmente el almacenamiento ilimitado parece carecer de lógica. ¿Por qué ofrecer un almacenamiento ilimitado para luego recortarlo, dejando en una situación comprometida a quienes difícilmente podrán rescatar todos sus datos?

No es necesario recurrir a casos extremos. Recientemente, a través de una noticia de The New York Times, se ilustró lo vulnerables que estamos ante la posibilidad de perder todo nuestro contenido de manera absurda. En este caso, una mujer recibió una notificación de YouTube indicando que su canal había sido eliminado, algo que no le preocupó en principio, ya que ni siquiera utilizaba YouTube, y mucho menos para publicar contenido. El problema radicaba en que su cuenta completa de Google fue eliminada, incluyendo el contenido y el acceso a su correo electrónico y galería de fotos.