Las reuniones de trabajo son una parte esencial para una comunicación efectiva con el equipo de trabajo; en ellas se efectúan tomas de decisiones en las empresas. Sin embargo, cuando se abusan de ellas, pueden convertirse en una fuente de estrés, pérdida de tiempo y disminución de la productividad.
Según un estudio de varias consultoras, las empresas dedican en promedio el 15% de su tiempo a las reuniones, y este porcentaje ha aumentado desde la pandemia en 2020, que se incrementó la modalidad del teletrabajo y el trabajo híbrido en más de un 25%. Además, el 67% de los ejecutivos consideran que las reuniones son improductivas y el 62% afirman que les impiden completar su trabajo.
2Interrupción del ritmo de trabajo y conflictos internos
Las juntas interrumpen el flujo de trabajo y la concentración de los empleados, lo que afecta a su rendimiento y creatividad. Según un estudio de la Universidad de California, se tarda unos 23 minutos en recuperar el enfoque después de una interrupción. Además, las reuniones pueden generar fatiga mental y aburrimiento, lo que reduce la motivación y el compromiso de los trabajadores, aparte de que pueden causar retrasos en los procesos propios de la empresa.
En ocasiones las reuniones pueden generar conflictos, malentendidos y frustración entre los participantes, lo que deteriora el clima laboral y la confianza. Además, las reuniones pueden excluir o marginar a algunos miembros del equipo, lo que afecta a su autoestima y sentido de pertenencia.