La mañana de este martes empezó con la sorpresiva noticia de que España participaría en la operación «Guardián de la Prosperidad» convocada por Estados Unidos en las costas de Yemen. Es que el país aparece en la lista de países colaboradores en el anuncio oficial de la Casa Blanca, junto al Reino Unido, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Baréin y Seychelles, pero de momento el Gobierno de Pedro Sánchez no deja claro si participará en la operación de la que no ha informado a Las Cortes ni tampoco a la oposición.
No obstante, el Gobierno norteamericano anunció este operativo y los países que participan en el mismo.
Aun así, el Gobierno sigue sin confirmar su participación, aunque tampoco la niega del todo. El departamento que dirige Margarita Robles ha explicado este martes que la participación en la misión está sujeta a decisiones de la UE y la OTAN y, en consecuencia, España, «unilateralmente», no se implicará en este ámbito. Por tanto, dependería de la solicitud de colaboración de otros organismos internacionales de los que el país forma parte.
Además, Robles no ha dejado de señalar la situación en Gaza, aunque ha pasado de nombrar tanto a Israel como a Hamás. La ministra de defensa se limitó a recordar «terrible situación» en Gaza, donde se están produciendo «grandes masacres de población civil», con vulneración «de las normas del derecho internacional humanitario».
Pero si la OTAN o la Unión Europea insisten en la participación española puede ser otro problema en el seno del Gobierno. Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera y líder de Sumar, y su partido varias veces han señalado al Estado israelí como un país «opresor», y lo han acusado incluso de instaurado un «Apartheid» contra los palestinos. Dado que la medida busca proteger los buques que cruzan el mar rojo, ruta clave para el comercio israelí, de los ataques de las milicias hutíes salidas de Yemen, lo esperado es que desde los partidos a la izquierda del PSOE sería renegar de esta decisión.
De hecho, ya el BNG ha reaccionado. Su portavoz en el Congreso, Néstor Rego, ha tachado de «inaceptable» que España participase en la operación militar internacional ‘Guardián de la Prosperidad’ precisamente por qué sería entregarse a los intereses de Israel.
«Realmente esta coalición internacional promovida por los Estados Unidos pretende salvaguardar los intereses comerciales de Israel», ha señalado ante los medios tras la Junta de Portavoces de este martes, donde ha incidido en que desde su formación van a reclamar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no participe en esa coalición.
LA COMPLICADA RELACIÓN DE LA ESPAÑA DEL PSOE Y LA OTAN
Lo cierto es que posible que sí quiere mantener una buena relación con los países de la OTAN, sobre todo mientras que Putin toca la puerta en Ucrania, seguramente tendrá que moverse al son que la institución toque aun si abre otro duelo interno en la coalición de Gobierno. Pero la realidad es que el PSOE no siempre ha tenido una buena relación con la alianza militar.
Ya pasó que cuando Jose Luis Rodríguez Zapatero decidió que España fuera uno de los primeros países en retirar el apoyo del país a la invasión a Irak. Es una medida que enrareció por años las relaciones con Estados Unidos, y que sigue siendo mencionada cuando el país debe lidiar con la OTAN.
Pero mientras la OTAN, o la Unión Europea, no hagan una solicitud de colaboración, el Gobierno de Pedro Sánchez podrá hacer la vista gorda a la situación en Yemen. Lo cierto es que Para Sánchez tener otro choque directo con Sumar tan temprano en la legislatura puede ser incómodo, y esto ignorando la posibilidad de una posición más radical de partidos como Podemos, por lo que seguro preferirá evitar la situación todo lo posible, o que desde una institución internacional se le «tuerza el brazo».
ISRAEL Y GAZA: EL NUEVO CAPÍTULO DEL CONFLICTO SE ALARGA DESDE OCTUBRE
Lo cierto es que aunque no es un movimiento en territorio israelí, es evidente que la situación sigue siendo complicada para occidente. Aun los países que señalan la respuesta del Gobierno de Netanyahu a los atentados de Hamás como excesiva entienden el país como un aliado importante en un territorio complicado para las posiciones pro occidentales.
En cualquier caso, pareciera que el conflicto «palestino-israelí» está lejos de un final. Pareciera que el choque permanente fuese parte del panorama de oriente medio. Es una lástima que en esta ocasión haya complicado la normalización de las relaciones de Israel con varios de sus vecinos, pero es además una situación tan delicada que se ha vuelto un punto de discusión dentro de varios gobiernos en el mundo.