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El progreso de una sociedad siempre se ha medido, más allá de cualquier tipo de indicador económico, por grandes hitos que han logrado revolucionar y ponerlo todo patas arriba. Algo que conlleva un crecimiento económico y una mejora del bienestar. La digitalización de la economía española es claro ejemplo, trayendo consigo toda una transformación de los modelos de consumo y producción. La conectividad global ha supuesto un impacto tan positivo como brutal en la sociedad y en el propio impulso del mercado laboral. No obstante, ¿hasta qué punto la economía digital ha influido en el PIB de España y cuáles son las perspectivas de futuro? En el siguiente texto abordamos este y otros muchos aspectos de forma casi quirúrgica, pero accesible y alejada de tecnicismos.
Toda una revolución digital
La irrupción, y posterior revolución, tecnológica lleva años contribuyendo positivamente a la expansión económica de España. Las cifras hablan por si solas. No en vano, la influencia, en términos directos, de la economía digital sobre el PIB superó en 2022 el 11%. Todo ello dentro de una espiral de continuo crecimiento que ha llevado a dicha economía digital a crecer hasta el 23% de nuestro PIB. Destacando un crecimiento acumulado que ha supuesto, en apenas 2 años, un aumento de más de 20 millones de euros. Y ello es algo que ha influido sobremanera en sectores como los de las finanzas, las comunicaciones o sobre todo el ocio y las apuestas deportivas. Y un ejemplo claro de dicho auge lo tenemos aquí mismo.
Y dentro de semejante cóctel tecnológico existen dos factores diferenciadores que han sido, y serán, claves en el crecimiento económico. Por un lado las PYMES y su proceso de digitalización. No podemos olvidar que, según los datos compartidos por El País, el 99% del tejido empresarial patrio está formado, precisamente, por PYMES. Suponiendo más del 60% del PIB. Y, cómo os podéis imaginar, cuanto mejor le vaya a dicho sector y cuanto mayor sea su integración digital mejor nos irá a todos. Por otro lado, tenemos a las scalups. Empresas que siguen un modelo de negocio sostenible en el medio y largo plazo y escalable en el tiempo. Su crecimiento anual suele situarse por encima del 20%. Configurándose como pilares estructurales de los entresijos empresariales de nuestro país.
Un futuro digital
Pero, puestos en antecedentes, ¿cuáles son las perspectivas de futuro? El objetivo de la secretaria de Estado no es otro que lograr que la economía digital suponga el 40% del PIB en 2030. Y, sinceramente, no se trata de cifras tan descabelladas. Al menos si queremos construir un futuro económico sostenible y fuerte.
No obstante, el camino no apunta a ser nada fácil. Y es que España cuenta con múltiples retos por superar. Destacando la necesidad de establecer nuevas políticas digitales de carácter público que doten de herramientas a las empresas, mejorar la bolsa de profesionales TIC y ayudar a las empresas que los contraten. Por mencionar sólo algunos de los más destacados. Como suele decirse, ¡digitalizarse o morir!