Hay ocasiones en las que los compañeros de viaje en política no son los esperados. Lo normal es que cuando Lula Da silva y Pedro Sánchez empezaron a plantearse un acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur hayan creído que se firmaría apoyado por Alberto Fernández, el pronto expresidente argentino, y no por su sucesor, el ultraliberal Javier Milei. Pero esto es lo que parece que pasará en las próximas semanas, una vez que la Casa Rosada de Argentina cambie de inquilino.
Es posible que sea una sorpresa para todos los involucrados, incluyendo a Milei y Sánchez, pero no es especialmente complicado saber como llegaron a esta conclusión. No es solo que Alberto Fernández no apoyara el acuerdo, defendido por su amigo personal Lula Da Silva, lo que ya sirve como excusa para apostar por la aprobación del acuerdo.
Es cierto que la ventana de oportunidad es corta, solo el tiempo entre el cambio de la presidencia en la Argentina y el cambio de ciclo en la presidencia del Consejo Europeo, y que la negativa de Francia es un peso en el ala para la iniciativa, aun si no necesita su voto, pero es una interesante victoria diplomática para todos los involucrados. Para Milei es un ejemplo de su disposición a negociar por encima de sus posiciones ideológicas, algo de lo que presumió en toda su campaña, y para Pedro Sánchez puede mostrar a España como el país que traza nuevos puentes entre Latinoamérica y la UE.
Mientras tanto, es una nueva derrota diplomática para Emmanuel Macron. El presidente francés ha descrito el acuerdo como «anticuado» y ha mostrado preocupación por el efecto que tiene en la agricultura de su país. Por su lado, el encargado diputado por Argentina en la cámara del Mercosur, Fernando Iglesias, ha asegurado que es un acuerdo que deberían apreciar en Francia debido a la ventaja que le presenta a los demás sectores económicos.
Es además un acuerdo que alejaría al Mercosur de Rusia y China y lo acercaría occidente, lo que cambiaría el papel que juega Latinoamérica en situaciones de crisis como la que vivimos en la actualidad. Es cierto que es una posición extraña para Milei, pero vista desde ese prisma internacional, es posible que incluso Lula y Pedro Sánchez sean aliados más cómodos que Xi Jinping y Vladímir Putin de cara a sus votantes, además de ser un acuerdo más útil para sus planes con una economía dolarizada.
UNA RELACIÓN IMPOSIBLE ENTRE SÁNCHEZ, LULA Y MILEI
Parte de lo llamativo de que Milei cambie la posición con respecto a la de su antecesor es que los presidentes de España y Brasil podrían conseguir una victoria diplomática gracias a un jefe de estado con el que han evitado toda relación. Sánchez aún no lo ha felicitado por su victoria y de hecho su vicepresidenta primera, Yolanda Díaz, la calificó como un riesgo a la democracia en X, antes Twitter, y pasa lo mismo con Lula que se negó a presentarse en su toma de gobierno el día de hoy.
Es una situación diplomática especialmente complicada. Un campo minado que solo podía nacer en una situación política tan polarizada como la actual, que evita que se pueda negociar entre gobiernos de derechas e izquierdas sin escuchar quejas de sus posibles votantes. Esto es una realidad complicada a la hora de cerrar este tipo de acuerdos en 2023.
En cualquier caso será llamativo ver las declaraciones que cada uno de los mandatarios hace una vez firmado el acuerdo, si es que la idea de salir juntos en la foto no es suficiente para dar un paso atrás. Es cierto que tanto Sánchez como Milei y Lula han demostrado su disposición a negociar con figuras diametralmente opuestas en el compás político, pero al mismo tiempo es verdad que dadas las ideologías involucradas pueden ser demasiado complicadas de superar.
LOS FINOS LAZOS ENTRE AMÉRICA LATINA Y EUROPA
Desde la llegada de Chávez a la presidencia de Venezuela, las relaciones entre Latinoamérica y Occidente han sido delicadas y eso ha incluido a Europa. Es que sin salir del ejemplo español se puede recordar aquel episodio del «¿Por qué no te callas?», que además del exabrupto del rey, incluía un choque dialéctico entre el presidente venezolano y Zapatero.
Pero este acuerdo, que incluso aparta a Brasil del concepto de los BRICS, puede ser un paso importante para recuperar la versión más sana de esas relaciones. De momento se sabe que a pesar de las diferencias con el gobierno anterior, la próximo canciller argentina, Diana Mondino, explicó a El Cronista de Argentina planeaban «desplegar una estrategia para avanzar cuanto antes en la firma del acuerdo».
Será llamativo ver que pasa con estos últimos pasos de la negociación. Ya uno de los involucrados no podrá poner su firma en el texto, Lula Da Silva ya fue reemplazado como titular pro tempore de la presidencia de Mercosur por el paraguayo Santiago Peña, por lo que el reloj cuenta atras para que Sánchez pueda cerrar una de sus grandes victorias internacionales.
