El eterno debate entre las cápsulas de café y el café molido lleva años sobre la mesa. Pero lo cierto es que ambas opciones tienen sus pros y sus contras, y dependerá de cada persona decantarse por una u otra según sus necesidades y preferencias. Si bien es cierto que las cápsulas son más caras a largo plazo, también nos ofrecen rapidez, practicidad y un resultado uniforme taza tras taza. Por otro lado, usar café molido permite ahorrar dinero, ser más sostenible y tener mayor versatilidad con los distintos granos y mezclas. Ahora bien, ¿y si te dijéramos que puedes combinar ambas opciones para beneficiarte de lo mejor de los dos mundos? Existe una manera sencilla de poder seguir usando tu cafetera de cápsulas pero con café molido. En este artículo te contaremos cómo hacerlo. ¡No te lo pierdas!
2Segundo, decídete por un molinillo
Tanto los molinillos manuales como los eléctricos harán un buen trabajo moliendo tu café en grano para que puedas rellenar las cápsulas. Los manuales conservan algo de romanticismo tradicional, requieren un poco más de esfuerzo, pero te permiten regular a la perfección el grosor de la molienda. Por su parte, los eléctricos te aportarán mayor comodidad en el día a día y son ideales para preparar varias tazas seguidas sin apenas espera. Por ejemplo, el molinillo manual de la marca ConQueCo es compacto, fácil de transportar y con capacidad de ajuste gradual de la molienda. Y en cuanto a los eléctricos, el modelo de La Moustache stands out por su excelente relación calidad-precio y la gran uniformidad de sus moliendas.