El ‘Wrapped’ de Spotify es una de las tradiciones clave del servicio. Este resumen anual que la aplicación presenta a sus usuarios y que informa tanto de lo más escuchado del año a nivel global como de los favoritos de cada uno de los oyentes. Pero además de este resumen, es un buen momento para revisar de cerca la situación de la empresa y aunque económicamente es positiva, la realidad es que esta mejoría viene de la mano de una peor situación tanto para los usuarios como para los artistas.
Es que Spotify en las últimas semanas ha anunciado tanto un aumento en el costo de la suscripción como nuevas exigencias para que los artistas puedan monetizar su música en el espacio. Desde principios del próximo año, los precios para la suscripción premium subirán hasta los 10 euros mensuales en varios países, que eventualmente incluirán a España. Pero más grave que eso es la nueva exigencia mínima para que se puedan monetizar las canciones, que pide que superen las 1.000 reproducciones antes de generar ingresos, y que deja a artistas independientes, o creadores de contenido como ruido blanco para dormir o calmar bebés, en una situación económica delicada.
De hecho, las decisiones de Spotify son vistas de forma suficientemente radical que ya los han expulsado de algunos mercados. El ejemplo más reciente es Uruguay, donde las nuevas leyes les generan problemas para operar como hasta ahora. «Recientemente, el gobierno de Uruguay aprobó la ley de Rendición de Cuentas que incluye cambios drásticos en la forma en que funciona la música en el país. Spotify ya paga cerca del 70% de cada dólar que genera de la música a las discográficas y editoriales, quienes representan y pagan a los artistas y compositores, y ha contribuido con más de $40 mil millones de dólares hasta la fecha».
La nueva ley propone que los artistas debían recibir una retribución directa por los derechos de autor al escuchar sus canciones por internet. Esto quiere decir que además del pago a las discográficas, podría ser posible que las aplicaciones como Spotify tuvieran que pagar el doble a los artistas por las reproducciones en el país del sur de Latinoamérica. Dado lo que pagan en promedio por reproducción, alrededor de 0,03 euros, tampoco debería parecerle una situación tan complicada para la empresa de origen sueca.
De todos son dos realidades que contrastan con la festividad del anuncio del ‘Wrapped’. Lo que se supone debe ser la fiesta clave de la empresa para despedir su año, vuelve a tener una mancha importante, además que ocurre con cada vez más artista levantando la voz en contra de lo que perciben como un maltrato de la empresa. De cualquier modo, será interesante seguir la situación de cerca para saber si a esta salida le siguen otros países, y si competidores como Tidal, Apple Music o Amazon intentan ocupar ese espacio.
¿QUÉ PASA CON LA COMPETENCIA?
Por supuesto que la otra gran pregunta al hablar de Spotify es que pasa con sus competidores. La empresa ha visto como las otras aplicaciones de streaming musical empiezan a invertir seriamente en arrebatarles el trono, y perder el mercado de un país completo es un golpe complicado de encajar del todo bien. Aun así, también es posible que algunas de estas vean de forma incómoda alguna normativa como la de Uruguay, al menos que estas se vuelvan generalizadas en los países donde operan.
Pero igualmente este primer cambio definitivamente es una buena noticia para espacios como Tidal o Bandcamp, que hacen un esfuerzo más directo en que los ingresos se distribuyan entre artistas de «clase media», es decir, que no todas las ganancias de la industria se distribuyan entre los 5 artistas que aparecen en lo más alto de las escuchas con la publicación del fin de año.
SPOTIFY SIGUE CON BUENA SALUD
Si alguien cuenta con que Spotify realmente recibirá un golpe importante de cara al futuro inmediato, la realidad es más compleja que eso. La empresa terminó este año por encima de la línea de la rentabilidad, algo que le costó a los de Daniel Ek mucho más tiempo de lo que seguramente esperaban cuando apostaron por facilitar el consumo legal de música. Pero en cualquier caso no parece que vayan a perder ni sus números ni su cuasi monopolio, al menos por el momento.
Aun así, el cambio en la percepción que el público y los artistas tienen del servicio no debe ser ignorado. A medida que nombres de perfil tan variado como Rufus T. Firefly, Neil Young o Taylor Swift señalan a la plataforma por estas prácticas, es fácil imaginar que haya nuevos problemas en su relación con estas plataformas. Si esta molestia llega a los usuarios 2024 podría tener un ‘Wrapped’ bastante distinto para Spotify.