En el horizonte del año 2024, se vislumbran elecciones claves que resonarán no solo a nivel nacional, sino que también ejercerán un impacto considerable en la configuración del orden geopolítico mundial. Desde el escenario político estadounidense hasta los procesos electorales en Venezuela y las elecciones al Parlamento Europeo, estas votaciones se presentan como puntos de inflexión que definirán la dirección futura de sus respectivas regiones y, en última instancia, contribuirán a esculpir un nuevo panorama geopolítico global.
En Estados Unidos, la elección presidencial del 5 de noviembre de 2024 se presenta como un momento crucial, con figuras destacadas como el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump liderando las preferencias en una contienda que captura la atención del mundo. La polarización política, la evaluación de la gestión económica y la edad de los candidatos son factores determinantes que podrían moldear el destino de la nación y, por extensión, influir en las relaciones internacionales.
Mientras tanto, en Venezuela, el resultado del proceso electoral tendrá ramificaciones significativas para la estabilidad política y económica en América Latina. La situación en este país ha sido un punto de tensión constante, y las elecciones ofrecen una oportunidad para redefinir el curso político y abordar los desafíos que enfrenta la nación sudamericana.
En el escenario político español, el año 2024 se perfila como un periodo intermedio en el ámbito electoral, con la reciente investidura de Pedro Sánchez consolidando un gobierno que se extenderá hasta las elecciones generales programadas para el año 2027. No obstante, durante este año, la atención se centrará en las elecciones autonómicas del País Vasco, Cataluña, Andalucía y Castilla y León, siendo esto los únicos procesos electorales pendientes en el calendario político español, aunque no hay fecha confirmada.
A su vez, en Europa, las recientes victorias de partidos de ultraderecha, como en los Países Bajos, han marcado un cambio en el panorama político del continente. Estos resultados no solo tienen implicaciones internas para los países afectados, sino que también contribuyen a la dinámica más amplia de la Unión Europea. Las elecciones al Parlamento Europeo en junio de 2024 añaden otro elemento a este escenario, donde la interacción de fuerzas políticas podría determinar el futuro de la integración europea y su posición en el escenario mundial.
Elecciones del Parlamento Europeo en el 2024
En el periodo del 6 al 9 de junio de 2024, se llevarán a cabo las próximas elecciones al Parlamento Europeo, que representan la mayor elección transnacional del mundo, convocando a más de 400 millones de europeos de los 27 Estados miembros. Estas elecciones tienen particularidades significativas, además, destacan como las primeras elecciones después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la cual redujo el número de escaños a 705 en 2020. La renovación de los legisladores también impactará en la cúpula de la Comisión Europea y el Consejo Europeo, afectando los puestos actualmente ocupados por Ursula von der Leyen y Charles Michel.
El Parlamento Europeo, como la única asamblea parlamentaria multinacional del mundo y la única institución de la Unión Europea elegida directamente por los ciudadanos, destaca por su importancia en el ámbito transnacional. Estas elecciones del 2024 se presentan como un momento crucial para el futuro político de Europa, con cambios potenciales en la composición y liderazgo de instituciones clave de la Unión Europea.
Estados Unidos rumbo a las elecciones 2024
Por su parte, en noviembre de 2024, Estados Unidos se enfrentará a unas elecciones presidenciales cruciales, con 15 aspirantes buscando la Casa Blanca. Aunque los candidatos oficiales aún no han sido designados por los principales partidos, el presidente Joe Biden lidera las preferencias demócratas, mientras que el expresidente Donald Trump figura como el principal contendiente republicano.
Los sondeos indican que Biden está detrás de Trump en cinco de los seis estados más disputados, los llamados «swing states». Además, la edad de los candidatos ha sido objeto de atención, con el 71% de los encuestados considerando que Biden, de 80 años, es «demasiado mayor» para ser un presidente eficaz, mientras que solo el 39% piensa lo mismo de Trump, de 77 años.
A pesar de la insatisfacción de los votantes en temas económicos bajo la administración de Biden, otras promesas que lo llevaron a la Casa Blanca aún no se han concretado. Estas elecciones del 2024 se presentan como un escenario político crucial que determinará el rumbo del país en los próximos años.
El escenario electoral en América Latina
En el año 2024, se está presenciando un significativo superciclo electoral en América Latina, marcando el inicio de la tercera década del siglo XXI. A excepción de Bolivia, que celebró sus elecciones presidenciales en 2020, todos los países de la región están renovando sus presidentes y congresos mediante el voto directo.
Este proceso se desarrolla en un contexto global y regional caracterizado por diversas crisis, incluyendo la persistente pandemia de covid-19, las repercusiones de la invasión rusa a Ucrania, la desaceleración económica con riesgo de recesión, el aumento de los costos de vida, energía e inflación, así como la amenaza de una crisis alimentaria, entre otros desafíos. Estas crisis han exacerbado las desigualdades y la pobreza, generando un aumento en la desconfianza ciudadana hacia las élites y agudizando el malestar social, tanto en manifestaciones en las calles como en el voto de castigo a los oficialismos en las urnas.
Como respuesta a este panorama, ha surgido una nueva agenda de temas que incluye la protección al medio ambiente, la digitalización, la equidad de género, la inclusión, la dignidad y la lucha contra la desigualdad, entre otros. Este cambio cultural y la demanda de liderazgos políticos renovados y empáticos reflejan la necesidad de renegociar. Frente a esta transformación social, las élites tradicionales se han visto superadas, ya que han tenido dificultades para interpretar y reposicionarse en este nuevo escenario.
En consecuencia, el año 2024 se presenta como un período crucial en el que la región busca redefinir su dirección política y abordar las crecientes demandas de una sociedad que ha experimentado cambios significativos, especialmente entre la juventud. Estos procesos electorales representan momentos cruciales para la democracia en la región, ya que los resultados podrían tener un impacto duradero en la dirección política y socioeconómica de cada país, influyendo así en la dinámica geopolítica de América Latina en su conjunto.