Los efectos del cambio climático agravan los conflictos y el hambre y dificultan la educación de la infancia, según ONG

Los efectos del cambio climático agravan los conflictos y la crisis del hambre, además de repercutir en la educación de los más pequeños, sobre todo las niñas, según han alertado varias ONG en la antesala de la 28ª Conferencia de las Partes (COP28), que se celebra del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai.

En el caso de World Vision, ha publicado un informe que revela las opiniones de quienes viven en regiones que ya sufren los efectos del cambio climático, así como los vínculos entre los conflictos, el hambre y los desplazamientos y el cambio climático.

Los nuevos datos procedentes de comunidades de nueve países de ingresos bajos y medios muestran que el 86% de los habitantes de esas comunidades ya están experimentando una amplia variedad de peligros climáticos y más del 60% cree que el cambio climático está empeorando específicamente los conflictos en sus comunidades.

«Esta investigación pone de manifiesto el coste de décadas de inacción por parte de la comunidad internacional. Es urgente que los líderes presionen para que se tomen medidas reales en la COP 28; 2023 va camino de ser el año más cálido jamás registrado y el cambio climático está empeorando visiblemente los conflictos violentos y el hambre, obligando a personas cada vez más vulnerables a desplazarse a nuevas zonas en busca de pastos, alimentos y seguridad», alerta la directora de respuesta global al hambre de World Vision, Mary Njeri.

Además, el 80% de los miembros de las comunidades consideraba que el cambio climático empeoraba su situación económica y casi el 60% estaba completamente de acuerdo en que el clima estaba aumentando el riesgo de hambre.

La ONG precisa que los efectos del cambio climático colocan a las personas, y en especial a los agricultores y pastores, en situaciones «increíblemente vulnerables» que agravan las tensiones sociales en sus comunidades mientras intentan encontrar nuevas formas de llegar a fin de mes.

Los miembros de las comunidades entrevistadas coincidieron casi unánimemente en que el cambio climático estaba provocando desplazamientos hacia o desde sus comunidades y más de un tercio (35%) afirmaron haber sufrido algún tipo de conflicto en los últimos 12 meses. Muchos de esos conflictos se debían a disputas por la tierra o el agua (27% y 20% respectivamente).

«Las conclusiones de este informe son una alarmante visualización de problemas que no harán sino aumentar si no tomamos medidas», prosigue Mary Njeri. «A medida que las personas se ven desplazadas o aumentan los conflictos cuando las comunidades se enfrentan a los efectos del cambio climático, la gente suele recurrir a mecanismos negativos para hacer frente a las situaciones que no hacen sino degradar aún más el medio ambiente», añade.

Asimismo, casi un tercio de las personas entrevistadas afirmaron que los efectos del cambio climático habían provocado un aumento de la deforestación en sus comunidades, ya que la disminución del rendimiento de los cultivos impulsó a la gente a buscar más tierras para cultivar alimentos, o a recurrir a la minería para mantener a sus familias.

«Necesitamos urgentemente que los países más ricos cumplan las promesas de financiación que hicieron para ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático de forma que no se degrade aún más el medio ambiente ni se agraven los conflictos. Todos los países tienen la responsabilidad de garantizar que cumplen con su parte para limitar las emisiones y mantener las temperaturas por debajo de 1,5 ºC si es posible. Ya hemos superado el 1,1°C, pero le debemos a nuestros hijos la protección del planeta. Si no lo hacemos, el mundo no sólo será más cálido, sino también más sangriento y hambriento», concluye Njeri.

Por otro lado, otro informe de Plan International muestra cómo los fenómenos meteorológicos extremos, los daños en las infraestructuras escolares y las rutas intransitables para llegar a los colegios debido a los impactos de la crisis climática dificultan cada vez más el acceso de las niñas a una educación de calidad en África Occidental, América del Sur y Central y el Caribe y el Sudeste Asiático.

Estas alteraciones no solo ponen en peligro el acceso inmediato de las niñas a la educación, también tienen consecuencias de largo alcance y a largo plazo, como el aumento de otras formas de violencia y violaciones de sus derechos, como el matrimonio infantil, la violencia sexual y por razón de género, y los embarazos precoces.

De este modo, el informe ‘Real Choices, Real Lives. Cambio climático y educación de las niñas: barreras, normas de género y caminos hacia la resiliencia’ muestra las nefastas consecuencias de la crisis climática en la educación a través de las experiencias de 78 niñas que participan en proyectos de Plan International en ocho países: Benín, Togo, Brasil, República Dominicana, El Salvador, Camboya, Filipinas y Vietnam.

PAÍSES UN 200% MÁS VULNERABLES

«Los países en los que las niñas no completan la educación secundaria son un 200% más vulnerables a las pérdidas consecuencia de los desastres climáticos», alerta la directora general de Plan International España, Concha López.

«Hay niños y niñas que, a veces, tienen que cruzar ríos para llegar al colegio. Cuando el río está desbordado no pueden cruzar por culpa de la corriente», relata Stephany, una chica de 17 años de El Salvador, un país vulnerable a los impactos climáticos. «Como joven agricultora, sé lo que es que se pierdan nuestras cosechas. He tenido que faltar a clase y a veces no puedo comer porque nuestros productos se echan a perder debido al mal tiempo», añade Reyna, una joven filipina de 16 años.

Por ello, Plan International hace un llamamiento urgente a gobiernos, donantes y sociedad civil para que apoyen la educación de las niñas en respuesta a la crisis climática ya que, según una estimación del Fondo Malala, el cambio climático provocará que al menos 12,5 millones de niñas abandonen la escuela cada año. Para ello, piden garantizar escuelas más seguras, modernizar la educación climática, incluir a las niñas en la toma de decisiones y financiar la educación climática de las niñas.

Según el informe de la coalición Iniciativa por los Derechos Medioambientales de la Infancia (CERI), de la que forma parte Plan International, ‘Nos quedamos cortos: abordar el déficit de financiación de la lucha contra el cambio climático en favor de la infancia’, solo el 2,4% de los principales fondos mundiales para el clima pueden clasificarse como actividades de respuesta y apoyo a la infancia.

Los autores del informe defienden que esta financiación es clave si se quiere alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC y, así, proteger a las comunidades de los impactos del cambio climático, pero los compromisos mundiales de financiación climática siguen sin cumplirse y son, lamentablemente, insuficientes.

La inversión urgente y efectiva es especialmente crítica para los más de mil millones de niños y niñas en riesgo de sufrir los impactos a corto y largo plazo del cambio climático, concluyen.