En un paisaje excepcional, a aproximadamente 50 kilómetros de la capital, se alzan los dieciséis patios, quince claustros y ochenta y ocho fuentes que componen el impresionante conjunto monumental de San Lorenzo de El Escorial. En tiempos pasados, era reconocido como la «octava maravilla del mundo«. Un examen detenido de los puntos de interés en San Lorenzo de El Escorial ofrece una perspectiva clara de las razones detrás de este sobrenombre.
2Rincones que debes visitar en San Lorenzo de El Escorial
Es importante destacar que el complejo arquitectónico de San Lorenzo de El Escorial, la obra maestra de Felipe II, recibió el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad en 1834. Este monumental conjunto, donde el monarca español vivió y falleció, fue concebido con la colaboración de los mejores arquitectos, orfebres, pintores y escultores de Europa, dando vida al más sublime ejemplo del renacimiento español. La orden designada para ocupar este majestuoso edificio fue la de los Jerónimos.
Monasterio de San Lorenzo del Escorial
En cuanto a los detalles constructivos, el diseño original fue trazado por Juan Bautista de Toledo, aunque participaron varios arquitectos. Tras su fallecimiento, Juan de Herrera asumió el proyecto, desarrollando un estilo propio que se denominó Herreriano. Según la tradición, la planta definitiva adopta la forma de una parrilla en referencia al martirio de San Lorenzo en Roma. El conjunto monasterial comprende una basílica, un monasterio, un palacio y un panteón real. La fachada principal se orienta hacia el oeste y presenta dos portones laterales, uno conduciendo al colegio Alfonso XII y el otro al convento. En el centro, se encuentra la entrada principal del edificio, flanqueada por seis columnas dóricas y coronada por un conjunto de columnas jónicas. Destacan en ella el escudo de Felipe II y la estatua de San Lorenzo, esta última creada por Juan Bautista Monegro.
Además de su función como monumento conmemorativo de la batalla de San Quintín, Felipe II tenía el deseo de construir un panteón real donde reposar eternamente junto a su padre, el emperador Carlos V. Esto contradecía los deseos de su progenitor, quien prefería descansar en el monasterio de Cuacos de Yuste, donde pasó sus últimos meses. Sin embargo, tanto Felipe II como Carlos V descansan en este panteón real, acompañados por Isabel de Portugal, madre de Felipe, y Ana de Austria, su cuarta y última esposa.
El Panteón Real: Donde la historia reposa eternamente
Este panteón real, una capilla octogonal ubicada bajo el presbiterio de la basílica, alberga los restos de los monarcas españoles desde Carlos I, con la excepción de Felipe V y Fernando VI. Inusualmente, también descansa en el panteón la reina Isabel de Borbón, primera esposa de Felipe IV. Su papel fue fundamental en la construcción, ya que falleció sin dejar herederos al trono. Aún hay espacios disponibles, reservados para don Juan de Borbón y doña María de las Mercedes, así como para su abuela, la Reina Victoria Eugenia. Actualmente, los restos se encuentran en la antesala del panteón, conocida como el «pudridero», donde deben permanecer durante veinticinco años antes de ser trasladados al panteón de Reyes o de Infantes. En el panteón de Infantes, por otro lado, reposan los sepulcros en mármol de aquellos miembros de la Familia Real que no han ocupado el trono.
Patio de los Reyes: Esculturas que cuentan historias
Al explorar la fachada oeste del Monasterio, te encuentras con la puerta principal que da acceso al Patio de los Reyes. Este rincón recibe su nombre por las esculturas de los reyes de la tribu de Judá, magistralmente esculpidas por Juan Bautista Monegro. Las figuras de David y Salomón presiden la entrada, y una cruz negra en la cornisa izquierda marca el punto final de la construcción en 1584, añadiendo un toque de simbolismo a este espacio histórico.
La Fachada Principal: Puerta de bienvenida al esplendor arquitectónico
La fachada principal del Monasterio, orientada al oeste, es una obra maestra que cautiva a los visitantes. Flanqueada por dos portones laterales, uno lleva al colegio Alfonso XII y el otro al convento. En el centro, la entrada principal está escoltada por seis columnas dóricas y coronada por un conjunto de columnas jónicas. Destacan el escudo de Felipe II y la estatua de San Lorenzo, creación de Juan Bautista Monegro.
El Entorno Natural: Belleza que complementa la historia
Además de su impresionante patrimonio arquitectónico, San Lorenzo de El Escorial está rodeado de un entorno natural exquisito. Los paisajes que se extienden alrededor del Monasterio ofrecen una oportunidad para disfrutar de la naturaleza y complementan la experiencia histórica con un toque de serenidad.
En resumen, San Lorenzo de El Escorial se erige como un tesoro que fusiona historia, arte y naturaleza. Estos cinco rincones imponentes te sumergirán en la rica herencia de este lugar, asegurando una experiencia inolvidable para los amantes de la historia y la belleza arquitectónica.
