La historia deportiva y vital de la boxeadora madrileña María Jesús Rosa es digna de llevarse a la gran pantalla, algo que esta semana hemos podido disfrutar en formato reportaje gracias al documental que ha realizado Informe Plus de Movistar +Plus de forma brillante sobre la vida y carrera de la púgil madrileña.
Origen humilde, barrio obrero, ayudar en casa, cuidar de sus cuatro hermanos pequeños, compaginar entrenamientos con su duro trabajo. Y ganar… ganar mucho en un deporte tan duro como es el boxeo hasta convertirse en el orgullo del madrileño Barrio del Pilar, conquistando cuatro campeonatos de Europa y dos del mundo. Algo que la hizo entrar en el olimpo del boxeo español junto a otros campeones como José Legrá, Javier Castillejo o Kiko Martínez. Así fue la intensa vida de María Jesús
Y es que ‘Mari’, como la conocían en todos los lados, fue una de esas mujeres pioneras que han abierto muchas puertas a las chicas de hoy, en su caso fue en el deporte y en una práctica que estaba casi destinada y gobernada exclusivamente por hombres como es el mundo del boxeo.
El contexto de una pionera
María Jesús fue la que abrió la puerta del boxeo a las chichas españolas, pero el camino no fue fácil. La madrileña se acercó al mundo de las 16 cuerdas cuando por culpa del trabajo no podía ver mucho a su novio, Óscar, el cual practicaba boxeo. Entonces Mari empezó a acompañar a su novio al gimnasio y allí le entraron ganas de entrenar y practicar el noble arte.
El resto ya fue historia. María Jesús debutó en el boxeo profesional en 1999, en una memorable pelea frente a otra histórica, Esther Páez. La pelea no fue sencilla de realizar, las boxeadoras no recibían el visto bueno ni la licencia por parte de la Federación Española de Boxeo (FEB), trabas burocráticas y también cierto escepticismo por parte del mundo del boxeo y de la afición complicaron el debut de la madrileña.
La pelea tuvo lugar y la mecha quedó prendida hasta hoy día. Donde nuestras boxeadoras han cosechado ya bastantes éxitos en el campo profesional y en el amateur. Valga como ejemplo Laura Fuertes que este año ha sido la primera boxeadora española en clasificarse para unos juegos olímpicos, concretamente para Paris 2024.
Pero no fue fácil. La púgil del Barrio del Pilar tenía difícil competir de forma regular. A la falta de boxeadoras femeninas había que añadir su peso, menos de 50 kilos. Por este motivo, María muchas veces competía con boxeadoras más pesadas o más altas. Algo que no fue óbice para que las peleas fuesen contando por victorias para ella. Una tras otra púgiles de todas partes de Europa iban cayendo derrotadas ante el empuje y la valentía de la madrileña.
Las peleas que al principio eran de relleno en veladas evidentemente masculinas fueron cambiando hasta llegar llegar a ser peleas estelares como ocurrió el 5 de marzo de 2002 cuando María Jesús se enfrentó a la húngara Viktoria Varga en un abarrotado Magariños en Madrid. Allí la pequeña boxeadora del Barrio del Pilar hizo historia para el deporte femenino español siendo la primera boxeadora nacional que conquistaba un título internacional, María Jesús se proclamaba campeona de Europa.
Fue el inicio de una época dorada para ella, tres títulos más de Europa dieron paso a una de las grandes noches del boxeo femenino en España. Fue el 6 de noviembre de 2004 en Alcobendas, otra vez cerca del norte de Madrid, su territorio. Allí de nuevo María Jesús consiguió otra victoria, esta vez ante la dura y potente Terry Moss, una de las mejores de la división por aquellos días. La madrileña no la dio opción y desde el primer asalto arrollo a la norteamericana, incapaz de imponer su boxeo al verse superada por la gran resistencia física de la española y las tremendas voleas de derechas, su mejor golpe, que fueron minando la resistencia y la moral de Moss.
María se proclamo campeona del mundo y por primera vez en mucho tiempo periódicos y secciones de deportes de medios de comunicación volvían hablar de boxeo, esta vez practicado por mujeres donde una española era campeona del mundo y sus peleas se retrasmitían por tv de pago. Un hito logrado por una humilde limpiadora de un barrio obrero, que después de una dura jornada de trabajo iba a entrenar al gimnasio, o como ella misma contaba que «los primeros títulos europeos los disputaba después de estar trabajando durante el día, para luego ir a boxear a pabellones con 8.000 personas viendo la pelea».
La conexión con su entrenador
Pieza clave de esta proeza fue la tremenda conexión que tenía con su entrenador, José Luis Esteban Chumillas «Chumi», el vio desde el primer momento la valentía y el coraje de María Jesús. Y Chumi durante años pulió el boxeo y la táctica de la boxeadora, acompañado de Óscar Torres, marido de la púgil, ambos fueron piezas fundamentales en la carrera de la boxeadora madrileña.
La relación entre alumna y maestro fue clave en lo éxitos y en los malos momentos que también los hubo durante la carrera de María. En el Gimnasio Valhalla pasaron cientos de horas entrenado y preparando las peleas, convirtieron ese rincón de Madrid en un pequeño templo del boxeo.
La relación perduró después de la retirada de María Jesús. Su última pelea fue en septiembre de 2005 en Alemania ante un mito del boxeo femenino, Regina Halmich, una de las mejores púgiles de la historia. Ambas boxeadoras dieron un bonito espectáculo en el que venció por decisión dividida, 2 jueces dieron vencedora a la alemana 1 a la española, Halmich. Diversos medios se hicieron eco de la injusta decisión, pues la gran mayoría señalaba a la madrileña como justa vencedora del combate.
Retirada
Tras esa derrota María Jesús se retiró, «ya no necesitaba pelear más», cerraba un ciclo de vida para dar a paso a otro. Fue madre de dos niños, pero cuando pudo volvió a entrenar y sobre todo a dar el paso para ser entrenadora de boxeo, el deporte que había sido parte de su vida.
Daba clases en la que siempre fue su casa, el Gimnasio Valhalla. Allí, entre sacos de boxeo, combas y olor a linimento, junto a Chumi entrenó a futuros boxeadores/as y también a chicas que simplemente querían hacer deporte, con su sonrisa eterna y ese orgullo de barrio del que siempre hacía gala.
Un cáncer se la llevó de forma prematura cuando apenas tenía 45 años a finales de 2018. Hace unas semanas entró en el prestigioso Salón de la Fama del boxeo femenino de Las Vegas, la primera española otra vez en hacerlo, de nuevo pionera, de nuevo el orgullo del Barrio del Pilar.